Montreal es conocida en todo el mundo por su extendido uso de la bicicleta, la fuerte innovación tecnológica y sus planes urbanísticos futuristas. Cuatro amigos de esta ciudad canadiense con marcados intereses en los tres temas crearon un dispositivo que ha llamado la atención por su diseño y efectividad. Tal es así que The Wall Street Journal se refiere a él como “la navaja suiza de los ciclistas”. Se trata de SmartHalo, un instrumento electrónico que se fija al manillar y se conecta al móvil por Bluetooth. “Queremos que la gente utilice cada vez más la bicicleta y que tenga todas las ventajas posibles”, señala a EL PAÍS RETINA Gabriel Alberola, uno de los emprendedores detrás de este dispositivo, nacido en Canadá y de origen panameño.

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Dotado de luces LED y con un peso de apenas 195 gramos, SmartHalo permite a los ciclistas tener acceso a distintas funciones. El complemento, del tamaño de un timbre, indica el recorrido a seguir por medio de unas flechas de colores, alerta cada vez que uno recibe mensajes de texto o llamadas en el móvil, proyecta una luz que sirve como faro al caer la noche, emite una señal en caso de que uno haya olvidado la ubicación exacta de la bicicleta, sirve como alarma antirrobo y guarda datos sobre la actividad física (kilómetros recorridos, calorías consumidas, velocidad media, entre otros más). SmartHalo resiste a todos los climas, tiene una batería que puede durar hasta tres semanas y funciona por medio de una aplicación disponible para iOS y Android. Asimismo, si el móvil del usuario se queda sin batería, el dispositivo cuenta con una llave de desbloqueo.

El dispositivo de SmartHalo se conecta al teléfono del usuario para contar las calorías quemadas, entre otras funciones.

Xavier Peich, otro de los fundadores de SmartHalo Technologies, en este caso de padre catalán, afirma que se percataron en carne propia de los problemas que tienen los ciclistas con el móvil y que muchas ventajas tecnológicas ya existían, aunque no eran aprovechadas sobre dos ruedas. “Nos dimos cuenta de que las funciones no estaban integradas en un solo aparato. Es cierto que ya se pueden comprar algunos modelos de bicicleta inteligente, pero su precio es muy elevado. Nuestra ventaja es ofrecer un dispositivo capaz de ser integrado en cualquier bicicleta”, comenta Peich.

A principios de 2015, Alberola, Peich y otros dos amigos comenzaron a garabatear la idea del dispositivo. Crearon un prototipo gracias a una impresora 3D y ganaron una beca de la Escuela de Altos Estudios Comerciales de Montreal para filmar un vídeo de promoción. La startup iba tomando forma, solo que era necesario un fuerte empujón económico. Recurrieron por ende en septiembre de ese año a Kickstarter, la famosa plataforma de financiamiento. “Buscábamos 67.000 dólares canadienses (unos 43.000 euros). Los conseguimos en apenas 15 horas. Al cabo de 30 días, recibimos 534.000 dólares (343.000 euros)”, cuenta Alberola.

Una de las aplicaciones más interesantes del dispositivo es su sistema de guiado mediante luces a partir de itinerarios previamente fijados desde el móvil.

Con el dinero en el banco, tocó contratar a varios expertos para desarrollar a fondo la parte física y la programación. Xavier Peich precisa que la mayoría de los materiales provienen de Asia, aunque otros son canadienses. Los aparatos se arman en una empresa de Granby, un pueblo ubicado a unos 80 kilómetros de Montreal, con la que tienen un acuerdo de subcontratación. Comenzaron a vender el SmartHalo en marzo de 2017, aunque ya tenían una abultada lista de pedidos anticipados. Actualmente, SmartHalo Technologies tiene 16 empleados (ingenieros electrónicos, diseñadores, programadores, expertos en marketing) y ha vendido unas 15.000 unidades.

La respuesta ha sido muy positiva, tanto de los millennials como de otros rangos de edad que utilizan la bicicleta como medio de transporte o con fines recreativos. Han recibido pedidos provenientes de 72 países por medio de la página web de la compañía; también cuentan con distribuidores en 12 países (además de Canadá, se puede adquirir en tiendas de Estados Unidos, Francia, España, Alemania y Estonia, entre otros más).

  • Una pica en Apple

Hace unos meses, Xavier Peich viajó a Cupertino, California, ya que consiguió una cita con ejecutivos de Apple. Tras algunas demostraciones, el gigante tecnológico aceptó vender el dispositivo en varias de sus tiendas. Primero lo hizo en las de Canadá y Estados Unidos, pero ahora ya se ofrecen unidades de SmartHalo en la mayoría de las tiendas Apple de Europa. Asimismo, el dispositivo está a la venta en Amazon (únicamente en Estados Unidos y Canadá). Los cuatro amigos conviven por ende con pesos pesados de los negocios. ¿Han recibido ofertas para adquirir su compañía? Peich asiente con la cabeza, pero agrega con rapidez: “No estamos a la venta. Esto es apenas el principio de nuestra aventura. Deseamos sobre todo que aumente el uso de la bicicleta gracias a las ventajas de la tecnología”.

El equipo fundador de SmartHalo.

Alberola señala que desean tener mayor presencia en las grandes ciudades ciclistas de Europa. También buscan entrar en el mercado latinoamericano. “Por ejemplo, nos interesa mucho Colombia. En ese país se toman muy en serio el transporte en bicicleta”, añade. Peich y Alberola están trabajando en una nueva generación de dispositivos SmartHalo. La idea es realizar su lanzamiento en 2019. No ocultan que la aplicación debe mejorar en ciertos aspectos. De igual forma, cuentan que reciben una gran cantidad de mensajes de ciclistas de medio mundo. “Tomamos muy en serio las sugerencias que nos hacen. Después de todo, ellos son la voz más importante. Por ejemplo, creemos que es necesario brindar información sobre las condiciones climatológicas y proponer rutas con distintos niveles de esfuerzo físico”, afirma Peich.

Otro proyecto de los responsables de SmartHalo Technologies es compartir con los distintos gobiernos la información que van recopilando, en el marco del desarrollo de las denominadas ciudades inteligentes. Un primer paso podría darse próximamente en Montreal, aunque no cierran la puerta a trabajar con otras urbes. La idea es identificar las rutas más usadas para la creación de carriles de bici y garantizar el acceso a otros servicios para quienes optan por la bicicleta como un medio de transporte limpio, saludable y efectivo.

Fuente: El País