Hace un año, dos estudiantes del colegio SEK-Ciudalcampo, en San Sebastián de los Reyes (Madrid), que entonces cursaban primero de bachillerato, crearon un dispositivo que permite a los familiares de enfermos de alzhéimer hacer un seguimiento a distancia y en tiempo real de las constantes vitales del paciente (pulsaciones, humedad en la ropa) y de su ubicación (si se encuentra dentro o fuera de casa).

La idea gustó al fabricante de microprocesadores Intel, que la compró por una cantidad no revelada. Los jóvenes cursan este año segundo de bachillerato y siguen desarrollando nuevos gadgets como este en el maker space del colegio.

Las actividades maker, corriente cultural que promueve el uso artesanal y combinado de tecnologías y softwares de código abierto para fabricar nuevos dispositivos, están encontrando cada vez mayor cabida en las aulas españolas.

Por eso, SIMO dedicará a proyectos de este tipo el espacio SIMO Educación Makers, en el que docentes y estudiantes de distintos centros mostrarán los aparatos que han fabricado con paquetes de robótica, electrónica o impresoras 3D, a fin de que otros profesores conozcan las posibilidades pedagógicas que estas tecnologías ofrecen.

“Los espacios makers contribuyen a que los alumnos aprendan a resolver problemas de forma multidisciplinar, a trabajar en equipo y a pensar tal y como lo haría un diseñador [design thinking]”, afirma Mercedes Redondo, directora de esta área en SEK-Ciudalcampo. El colegio organiza este tipo de actividades desde infantil hasta bachillerato de manera curricular, a través de la asignatura de Tecnología, y extracurricular.

Fuente: Cinco Días