Dónde deberían pagar impuestos sobre los beneficios las multinacionales tecnológicas? Cambiar las reglas internacionales creadas hace un siglo será difícil, pero Europa está en lo cierto al decir que las empresas bajas en activos y hambrientas de datos como Google y Facebook merecen una nueva forma de pensar.

Bruselas propondrá esta semana un impuesto sobre los ingresos de los grupos digitales, en torno al 3%, para tapar el dese­quilibrio de que las compañías digitales internacionales paguen un 10% en la UE, según la Comisión Europea, frente al 23% de las no digitales.

Imponer un impuesto plano sobre las ventas es torpe, ya que penaliza las inversiones y a las empresas menos rentables. Pero puede ayudar a imponer una solución mejor: la Comisión retirará su propuesta si la OCDE negocia un nuevo consenso normativo.

Podría bastar con actualizar el actual. Los tratados tributarios y las directrices de la OCDE se basan en dos principios de la era física. En primer lugar, las empresas deben pagar impuestos en el extranjero en los países donde tienen un “establecimiento permanente” físico. En Francia un tribunal dictaminó que Alphabet no debía 1.100 millones en impuestos porque carecía de él.

En segundo lugar, el monto debido se basa en dónde se crea el valor económico, teniendo en cuenta los activos locales, y en dónde se asume el riesgo. Significa que los beneficios tributables de las tecnológicas son a menudo pequeños, ya que los activos que supuestamente suponen gran parte de su valor, como los algoritmos, se encuentran en su país de origen o en países de bajos impuestos.

La Comisión considera que la mejor solución es introducir un establecimiento permanente “virtual” que cubra las operaciones digitales y vincular el beneficio imponible con el valor creado localmente mediante la recolección de datos personales.

Aumentar el trozo del pastel para Europa molestará a EE UU. Forjar un consenso sobre cuánto valor crean los datos de los usuarios será complicado. No obstante, hay buenas razones para el cambio. Por ambiciosas o toscas que sean sus soluciones, Europa tiene mucha razón.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías.

Fuente: Cinco Días