El endeudamiento del sector privado fue una de las alarmas que no se atendió durante los años de bonanza previos a la crisis. Para cuando el estallido financiero colapsó a las economías occidentales, familias y empresas españolas acumulaban 2,17 billones de euros en deudas, un 200% del PIB. La sequía de crédito forzó un duro régimen de adelgazamiento, que se tradujo en serias dificultades para muchos hogares y compañías.

El ajuste se intensificó tras la crisis del euro, en 2010. Durante el primer lustro de esta década, la deuda del sector privado llegó a reducirse en más de 130.000 millones al año (en 2012 y 2013), de modo que ahora se sitúa en valores de 2006, o de 2004 si se compara con el PIB.

Pero si la tendencia de los últimos meses se consolida, será difícil que ese drástico recorte del endeudamiento privado se prolongue mucho más. En los hogares, el descenso de la deuda se debe ya en exclusiva a que los antiguos créditos hipotecarios para adquirir vivienda se amortizan a mayor velocidad que se suman nuevos préstamos concedidos. De este modo, el endeudamiento de las familias se volvió a reducir en 15.700 millones.

La deuda en manos privadas cae al 137% del PIB, pero el ajuste se agota

Por el contrario, el resto de préstamos a los hogares, básicamente crédito al consumo, volvió a arrojar, por tercer ejercicio consecutivo, un saldo mayor que el año anterior. Aquí, el endeudamiento de los hogares aumentó en 7.300 millones. En total, el saldo vivo que acumulan las familias se queda en 704.930 millones, un 1,2% menos que en diciembre de 2016.

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La evolución en la deuda de las empresas españolas es aún más significativa. En valores absolutos, el ajuste es muy similar al de los hogares: el endeudamiento de las sociedades no financieras se sitúa en los 894.131 millones de euros, tras descontar algo más de 11.000 millones en el último año, un descenso también del 1,2% en tasa anual. En este apartado lo que sigue a la baja es el saldo de crédito otorgado por las entidades financieras nacionales, mientras que los préstamos del exterior se mantienen estables y la financiación mediante emisión de títulos distintos de acciones crece de forma moderada.

Exigencia de Bruselas

Estos son los datos de cómo ha evolucionado la deuda. Además, el Banco de España ofrece cifras de cómo ha ido el crédito. Para ello, descuenta una serie de factores que hacen que suba o baje el valor de la deuda como las diferencias en el tipo de cambio, la valoración de vencimientos y los saneamientos extraordinarios. Una vez hecho esto, obtiene el flujo efectivo de concesión de crédito. Según este parámetro, en 2017 el endeudamiento de las sociedades no financieras habría crecido en más de 8.000 millones, mientras que el pasivo de los hogares habría encogido en poco más de 5.000 millones. Es decir, con esos ajustes, la deuda del sector privado sería algo superior a la del año pasado (un 0,2% más), por primera vez desde 2009.

En todo caso, el recorte de la deuda privada deja a la economía española muy cerca del umbral que establece la Comisión Europea (133% del PIB) para considerar que este parámetro ha dejado de reflejar un desequilibrio fundamental. Pero a partir de ahora, el ajuste en este indicador dependerá en menor medida de los recortes de deuda y en mayor medida de que el crecimiento del PIB nominal —que incluye el efecto de los precios— se mantenga a buen ritmo.

Fuente: El País