En los ocho años de la crisis, Cataluña ha dejado de ser la sede de todos los grandes bancos de esa región por diferentes motivos. Los últimos en marcharse, en pleno desafío independentista, fueron CaixaBank y Sabadell.  Además de los bancos, más de 3.000 empresas sacaron su sede social —y una parte también la sede fiscal— fuera de Cataluña.

La fuga de dinero de los ahorradores se mantuvo después del punto álgido de principios de octubre, pese a la aplicación el artículo 155 y las posteriores elecciones, es decir, hasta diciembre. Este dato choca con las versiones del Gobierno que afirmó a finales de octubre que, una vez que CaixaBank y el Banco Sabadell trasladaron la sede social a Valencia y Alicante respectivamente, la situación se había «revertido» y que había «entradas netas de depósitos». De hecho, a mediados de octubre, las dos grandes entidades catalanas dispararon la petición de liquidez semanal al Banco Central Europeo hasta los 21.300 millones, cuando normalmente se solicitan 3.000 millones por parte de todas las entidades europeas, para evitar colapsar por falta de efectivo. La presión por sacar efectivo fuera de Cataluña también la vivió el BBVA, que cuenta con una alta cuota de mercado en esa región tras la adquisición de Unimm y Catalunya Banc.

Las Comunidades más beneficiadas de esta fuga fueron la valenciana, que ha visto incrementado los depósitos en 7.217 millones, (los dos bancos catalanes trasladaron su sede a esta región); Andalucía, con una captación de 3.527 millones; Aragón, que consiguió 2.546 millones y el País Vasco, con 2.518 millones más. Sin embargo, llama la atención que la Comunidad de Madrid, que agrupa el 29% de todo el ahorro, perdió unos 8.000 millones. En total, el dinero en manos de clientes residentes descendió en 23.000 millones, que han podido pasar a otros productos, y suma 1,146 billones.

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Las cifras oficiales demuestran que los clientes optaron por sacar los depósitos de Cataluña ante la posibilidad de que quedaran fuera del euro o ser convertidos a otra moneda. Los bancos catalanes utilizaron las cuentas espejo, es decir, un duplicado de la cuenta corriente en oficinas de otra comunidad autónoma, pero del mismo banco, para frenar la retira del ahorro a la competencia, sobre todo a bancos no catalanes.

Tanto el Sabadell como CaixaBank admitieron en las ruedas de prensa de resultados que recurrieron a este sistema y afirmaron que la fuga neta había sido escasa. No obstante, no es fácil averiguar con detalle la evolución de los depósitos de un banco porque pueden descender por diferentes motivos, como la colocación en fondos de inversión o de pensiones.

Fuente: El País