El pasado 21 de abril, las delegaciones de México y la Unión Europea firmaron el primer texto del acuerdo que liberaliza los intercambios comerciales entre ambas regiones. El tratado supone el tercer paso acometido por los países europeos en favor del libre comercio y en contra del proteccionismo comercial, tras haber firmado tratados similares con Canadá y Japón. El siguiente paso que persiguen las autoridades comunitarias es el más ambicioso: sellar el acuerdo que liberalizará las relaciones comerciales entre la Unión Europea y los cuatro países que conforman el Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay), que se convertiría el más importante hasta ahora firmado en todo el mundo, ya que afectaría a cerca de un tercio del PIB mundial.

España es uno de los países más beneficiados por el pacto de libre comercio entre México y la UE. Jochen Muller, portavoz de la Comisión Europea en España, recalca que el ganador será el sector agroalimentario. “Una vez que entré en vigor (la fecha prevista es el verano de 2019, excepto la protección de inversiones, que tendrá que ser ratificada por cada uno de los parlamentos), el 99% de los productos agrícolas españolas no serán penalizados con aranceles en México”, recalca. De esta manera, el queso o la leche, que sufren una penalización del 45% y del 20% en la aduana, quedarán libres de aranceles. Pero la principal oportunidad para las empresas, según Muller, es para el sector cárnico. “La carne de cerdo y sus derivados, como el jamón ibérico, están gravados con un arancel del 45% y la de pollo con un 100%”.

MÁS INFORMACIÓN

Uno de los ejemplos más relevantes es el de la cárnica Tello. La empresa, cuya sede central está en Totanés (Toledo), desembarcó el pasado ejercicio en México consciente de la importante oportunidad que se le abría si finalmente se firmaba el acuerdo. La firma prevé triplicar su producción mundial (de 48 a 115 millones de kilos) en los próximos cuatro años, gracias, entre otras cosas, al crecimiento previsto en Latinoamérica. En la actualidad esta región apenas supone el 10% del negocio, y si además del tratado de libre comercio con México, se ratifica el de Mercosur, el peso de esta región en las cuentas de Tello se triplicaría hasta un 30%.

Muller también avanza que el sector agroalimentario español se verá protegido con el reconocimiento de 340 denominaciones de origen adicionales a las que existen en la actualidad, que afectan a vinos, quesos o aceites. “Este punto ha servido para corregir los problemas que se han producido con la coincidencia de nombres. Por ejemplo, en México hay un queso llamado manchego que desde la entrada en vigor del tratado no podrá utilizar esa denominación”, recalca.

El pacto entrará en vigor en su totalidad en torno al verano de 2019

Las compras públicas en México, que movilizan en torno a 30.000 millones de euros, era un negocio cerrado en exclusiva para las empresas que contaban con una filial en ese país. “Con el tratado, las pymes españolas podrán participar en los concursos públicos”, señala Muller.

México habrá eliminado los aranceles con la UE y al mismo tiempo tendrá que hacerlo compatible con un tratado de libre comercio, ahora en revisión por mandato estadounidense, con Canadá y      EE UU. “La firma de este tratado entre la UE y México otorga una ventaja competitiva a las empresas canadienses y mexicanas frente a las estadounidenses, ya que no pagan aranceles en sus relaciones con la UE”.

El siguiente paso en la hoja de ruta de las autoridades comunitarias es rubricar el acuerdo para liberalizar los intercambios comerciales entre los países de Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) y la UE, lo que supondría el acuerdo comercial con un mayor peso económico en el mundo. “El problema lo tenemos con Brasil, porque hay elecciones y puede pasar lo mismo que sucedió con EE UU, que si no se resuelve antes de las elecciones, puede quedarse en punto muerto”, señala Muller. La UE confiaba en sacar adelante el tratado de libre comercio con EE UU con Barack Obama o Hillary Clinton en la presidencia. La elección de Donald Trump truncó todos sus planes para eliminar aranceles.

Fuente: Cinco Días