Kanye West estaba ahogado en deudas hace cuatro años después de invertir dinero en su compañía de moda, Yeezy. Reveló sus problemas financieros en Twitter, seguido de una súplica a Mark Zuckerberg para que invirtiera 1.000 millones de dólares (unos 920 millones de euros al cambio actual) en las “ideas” del rapero.

Si bien el cofundador de Facebook nunca aceptó, West se las arregló para hacerlo solo: Bank of America valoró solo el negocio de las zapatillas en 3.000 millones de dólares (unos 2.760 millones de euros) el año pasado, según un documento visto por Bloomberg. Eso fue antes de que la pandemia de Covid-19 devastara la industria de la moda.

Pero West, el único propietario de la marca, no se desanima. Ahora busca llevar el nombre de Yeezy a otros ámbitos, como la arquitectura, la hostelería e incluso el diseño urbano. Lo llama la “próxima frontera de vida para la humanidad”.

“Todo esto es el nivel 2”, dijo West sobre la evolución de Yeezy cuando se le contactó por teléfono en su rancho cerca de Cody, Wyoming, donde su familia pasa la pandemia de Covid-19. También es uno de los lugares donde está considerando construir una ciudad entera desde cero: Yeezy City. “Es hora de ir al nivel 3”, dijo.

Por ahora, sin embargo, las zapatillas son el motor que mantiene a la marca en marcha. Yeezy estaba en camino de generar 1.300 millones de dólares en ingresos por calzado en 2019, un aumento de 50% respecto al año anterior, según Bank of America. West ganaría 147 millones de dólares en regalías por esas ventas.

La Revista Vogue llama a las zapatillas deportivas las “verdaderas heroínas del imperio Yeezy”. Se lanzan en ediciones limitadas muy publicitadas, y los compradores claman por comprar un par en línea antes de que se agoten, generalmente en minutos. A menudo se venden en el mercado secundario por varias veces el precio original.

Pieles rosa

La saga de las finanzas de West, revelada en pedazos a lo largo de los años a través de sus tuits, letras y discursos, es complicada y predominantemente marcada por la deuda.

En 2015, el artista le dijo a BET que ganaba 16 millones de dólares con Yeezy. Al año siguiente, tuiteó que su deuda se había disparado a 53 millones y también anunció el lanzamiento de su séptimo álbum de estudio, The Life of Pablo, en el que rapea sobre la probabilidad de morir en bancarrota y sobre vestir a su hijo con pieles rosa.

Alexandra Fletcher, portavoz de Bank of America, confirmó la autenticidad del documento revisado por Bloomberg. Preparado en septiembre, no se ha actualizado desde que comenzó la pandemia de coronavirus. La valoración de las “regalías futuras generadas en la categoría de calzado se estima entre 1.750 millones y 3.000 millones de dólares”, según el análisis preliminar del banco.

Yeezy es, con diferencia, el mayor activo de West. Su contador personal, David Choi, proporcionó un balance no auditado que fija el patrimonio neto del rapero en 3.150 millones de dólares y enumera más de 200 millones de dólares en otros activos. Incluyen cuatro casas en California, dos en Hidden Hills, una en Thousand Oaks y otra en Calabasas, así como propiedades en Wyoming y su Chicago natal, dijo Choi.

Por separado, todo su catálogo de música, desde The College Dropout hasta Jesus is King y todo lo demás, tiene un valor aproximado de 110,5 millones de dólares, según una valoración Valentiam Group.

Control creativo

El rapero está casado con Kim Kardashian West. La hermana de su esposa, Kylie Jenner, se convirtió en la multimillonaria más joven del mundo el año pasado después de que su compañía de cosméticos hiciera una asociación exclusiva con Ulta Beauty. Jenner, de 22 años, vendió más tarde una participación mayoritaria en Kylie Cosmetics a Coty Inc. por 600 millones de dólares.

La asociación de West con Adidas, que fabrica y distribuye los zapatos, es más un acuerdo de participación en las ganancias que un acuerdo de licencia típico. Conserva el control creativo sobre el diseño, mientras que Adidas se encarga de la realización y la producción. El acuerdo finalizará en 2026.

La industria de la moda ha tenido problemas durante la pandemia, afectada por los cierres masivos de tiendas y la disminución de la demanda de artículos no esenciales, lo que podría perjudicar el negocio de Yeezy. En abril, se espera que las ventas en Estados Unidos de minoristas de ropa, accesorios y calzado caigan 79% respecto al año anterior, según Forrester Research.

Aun así, la marca ha logrado evitar algunas de las consecuencias más graves, ya que se vende casi completamente en línea y Adidas se encarga de la logística. Si bien las preocupaciones sobre la demanda de bienes discrecionales de los consumidores crecerán mientras más persista la crisis de salud, el calzado de Yeezy continúa vendiéndose, según una persona familiarizada con el negocio.

Adidas declinó hacer comentarios.

Fuente: Cinco Días