El Grupo San José ve la luz tras la depresión del sector de la construcción y el bache particular en que entró tras la compra de la inmobiliaria Parquesol en 2008. Acaba de entregar una de esas obras que sirve de estandarte, el museo Louvre de Abu Dabi, y cruza los dedos para el desbloqueo del proyecto Madrid Puerta Norte, en el que tiene intereses junto al BBVA. Su vicepresidente y responsable de la división de construcción, Jacinto Rey hijo (Pontevedra, 1971), habla de una empresa que se ha instalado en la cultura de la mesura.

Competir fuera requiere referencias como la que han obtenido en Abu Dabi con el Louvre. ¿Abrirá nuevas puertas?

Este proyecto no nos bautiza internacionalmente, pero es cierto que ha tenido visibilidad global y nos ayudará. El nuevo Louvre ha sido todo un reto en edificación y obra civil. El mercado de Emiratos es muy profesional y hemos trabajado para un cliente exigente, con project managers y cost controllers de primer nivel. A todo ello hemos aportado el valor de nuestros técnicos, de alta valía y muy polivalentes.

Se trata de algo más que de una cúpula espectacular…

La cúpula se apoya en cuatro puntos con sus 8.000 toneladas, el peso de la torre Eiffel. Cuenta con 8.000 estrellas, todas distintas y elaboradas en ocho capas. El resto del edificio está sumergido 12 metros en el agua, al haber sido construido en una isla ganada al mar. Es una obra maestra desde el punto de vista arquitectónico.

Jacinto Rey: “En construcción no hay que perder el objetivo de ganar dinero”

¿Era un examen a nivel técnico?

Tenemos experiencia en proyectos complejos y con arquitectos de primera línea. Esta obra nos la da el hecho de que hiciéramos con Álvaro Siza el museo de arte contemporáneo en Galicia; volvimos a trabajar con este premio Pritsker de arquitectura en la facultad de periodismo de Santiago. Hicimos con Eduardo Souto de Moura una torre en Oporto; con Rafael Moneo ampliamos El Prado en Madrid; con Pachi Mangado ejecutamos el pabellón de España en la Expo de Zaragoza…

¿Además de servir como referencia, se gana dinero en este tipo de obras estandarte?

“Hay que ser frio en la licitación. En un negocio de márgenes estrechos, un mal proyecto puede hacer daño a muchos buenos proyectos”

No hay que perder de vista ese objetivo. No trabajamos para engordar el catálogo después de 40 años de experiencia internacional. Debemos ser profesionales y buscar un beneficio. El proyecto del Louvre no está cerrado, hemos superado la tensión de la apertura, pero nos mantendremos allí entre seis y ocho meses con remates y pequeños cambios. La meta es ganar dinero.

San José declara un margen bruto de explotación en el entorno del 5% en construcción, alto para lo que se ve en el sector. ¿Se puede mantener?

El mercado es agresivo y está muy comprimido. El momento es complicado para los márgenes, pero con buenos equipos y siendo serios con los plazos y la calidad las cosas nos van saliendo.

¿Hay que ser muy selectivo?

Hay que ser muy frío en la licitación. Hemos ganado el prestigio de empresa que va a cumplir y debemos ser conscientes de hasta dónde podemos llegar. Queremos un crecimiento ordenado y rentable, no podemos cegarnos con los proyectos y bajar costes. En un negocio de márgenes estrechos, una mala obra puede dañar muchas buenas.

La edificación privada salió de la crisis en España mientras la obra civil busca estímulos. ¿Hay futuro en este país?

“Tras Parquesol y la crisis, centramos nuestro crecimiento sostenido en la construcción. No es nuestra vocación ser una inmobiliaria».

Primero se movió el sector industrial, ante la necesidad de exportar, y después llegaron los segmentos hotelero y residencial, movidos por fondos que han aprovechado oportunidades. En la obra civil todas las iniciativas son bienvenidas. Es positivo el plan de carreteras que prepara Fomento y esperamos que en el futuro haya mayor capacidad de inversión. Todo el mundo entiende que hay que apoyar a la construcción y, desgraciadamente, en un momento dado no ha habido obras. Tenemos muchas esperanzas en el país, que es nuestra lanzadera y en el que generamos nuestras estructuras técnicas. El 80% de nuestro negocio estuvo fuera, por el 65% actual.

¿Veremos a San José en proyectos de colaboración público-privada en España?

Pasada la crisis económica y la nuestra particular, con la fusión de Parquesol y la posterior cesión a la banca de la parte inmobiliaria, centramos nuestro crecimiento en la construcción. El modelo PPP no es nuestra prioridad, pero estaremos atentos.

¿Y como promotora?

En su día fuimos una empresa de 1.400 millones en ingresos, bajamos a 420 millones y vamos a cerrar 2017 en unos 700 millones. La crisis ha sido dura y los proyectos pequeños fueron más que bienvenidos. Seguimos interesados en todo tipo de oportunidad, pero no seremos una inmobiliaria.

Jacinto Rey: “En construcción no hay que perder el objetivo de ganar dinero”

¿Confía en la vuelta del ladrillo con estructuras más sólidas?

Totalmente. Los proyectos se plantean de otra manera: los bancos piden mayor nivel de inversión y más ventas antes de financiar. Además, han entrado grupos internacionales. Como se suele decir, somos la Florida o la California de Europa y debemos aprovecharlo. No olvidemos que llegamos a hacer más de 700.000 viviendas al año y hoy son menos de 200.000, con un sector más profesional y proyectos mejor atados.

«Procuramos no ser esclavos de la Bolsa. La empresa ha valido mucho y volverá a valerlo por el esfuerzo y lo que hacemos»

¿Vuelve San José a contemplar el crecimiento inorgánico?

Si estás en el mercado debes abrirte a todo, y miramos las oportunidades como mínimo para aprender. Pero el crecimiento inorgánico no es prioritario para esta casa.

¿Están cómodos en la Bolsa?

Yo estoy cómodo porque no soy de los que siguen el valor al minuto. Esta es una empresa de largo recorrido y nuestra visión en el mercado también es a largo. Procuramos no ser esclavos de la Bolsa. La compañía ha valido mucho y volverá a valer mucho por su esfuerzo y lo que hace. Estamos focalizados en el negocio y lo demás ya vendrá.

Al largo plazo también se ha ido el proyecto antes conocido como Operación Chamartín. ¿Estarán en el desarrollo?

Llevamos años trabajando en él. Parece que ahora tiene buenos visos y, si sale, nos permitirá subir varios pisos en ascensor en lugar de hacerlo por escalera. Hay interés político y social, y para la ciudad de Madrid sería extraordinario. Este es un proyecto muy del grupo y el presidente se ha involucrado desde los orígenes. San José quiere estar ahí y llevarlo a buen término.

¿Toca hablar de sucesión en la empresa?

Para nada. Tengo la suerte de trabajar para mi padre y hacerlo cómodo y con libertad. Nuestro presidente es el primero en entrar y el último en salir; no se contempla la sucesión y tampoco es necesario. Esta es una empresa familiar muy profesionalizada, en la que el toque presidencial es positivo.

Fuente: Cinco Días