Iberdrola está dispuesta a evitar el enfrentamiento total contra el Ministerio de Energía, dirigido por Álvaro Nadal, por las dos centrales de carbón de Lada (Asturias) y Velilla (Palencia).

El jueves pasado el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, defendió la clausura de las centrales de carbón de Lada (Asturias) y Velilla (Palencia) y ratificó «el compromiso de la compañía con el medioambiente, el desarrollo sostenible y la lucha contra el cambio climático».

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Nadal acusó a Iberdrola de «falta de flexibilidad y de alternativas» para dar con una solución que permita la venta de las centrales de Lada y Velilla, ya que su deseo es dejar de contar con el carbón en su mix, y reafirmó su intención de seguir adelante con el real decreto para endurecer los motivos para cerrar centrales.

Sin embargo, fuentes de Iberdrola han comentado este viernes que estarían dispuestos a mantener las centrales abiertas hasta 2020, siempre que no hubiera alguna legislación, española o europea, que obligara a cerrarlas antes. La eléctrica entiende que 2020 es la fecha límite legal para que se mantengan centrales de carbón abiertas en Europa.

Por otro lado, Nadal afirmó el jueves que cerrar estas dos centrales «supone pagar 2,5 euros más de recibo de la electricidad» al año, basándose en los cálculos de una simulación de Euphemia, el algoritmo común para toda Europa que gestiona la formación de precios para la electricidad mayorista. También dijo que supondría «peores precios, costes mayores para el consumidor, la industria y un efecto sobre la economía local».

Sin embargo, fuentes de Iberdrola lo niegan rotundamente. En su opinión, el carbón supone menos del 1% de la producción total en España por lo que el cierre de estas dos centrales no puede suponer un incremento de 2,5 euros anuales. Iberdrola cree que, si esto es así, el verdadero problema está en el sistema de cálculo de los precios en el sistema eléctrico.

Por último, también discrepan de Nadal con la fórmula de la posible venta de las centrales que sugirió el ministro. El político acusó a la compañía de no haber sido capaz de explicar, si su deseo es eliminar las plantas ya que «no las quiere vender. No ha habido ningún compromiso por parte de la empresa», ha dicho.

Desde Iberdrola se apunta que no han encontrado ningún comprador para estas centrales.

Nadal ha asegurado que a Iberdrola no le ha parecido adecuado partir de un precio de venta de la central cerrada, «achatarrada, sin el plan social y los costes medioambientales del cierre», que la empresa ha valorado en 35 millones, ha añadido.

En la eléctrica añaden que la clave es en qué condiciones quiere el ministro que se vendan y a quién, algo que ahora desconocen. La eléctrica no quiere tener que ofrecer condiciones económicas ventajosas al posible comprador, que incluyan los costes que estaría dispuesto asumir en caso de cierre y traslado de la plantilla. Considera que la venta con esta fórmula es negativa para la eléctrica y demasiado positiva para el posible comprador ya que estaría casi subvencionada.

Fuente: El País