Ibercaja quiere dar el salto definitivo para dejar atrás el pasado y convertirse en un banco cotizado, homologable con sus competidores. El presidente de la entidad, José Luis Aguirre, y el consejero delegado, Víctor Iglesias, han presentado el plan Plan + 2020 con el que se comprometen a duplicar el beneficio neto de 2017 (lo que supondría ganar unos 280 millones) y salir a cotizar en Bolsa para esa fecha. En 2020 es cuando la Fundación Bancaria Ibercaja debe reducir su participación actual, el 87,7% del capital, hasta dejarla por debajo del 50%.

La entidad aragonesa quiere ganar tiempo en estos tres ejercicios para presentar buenos ratios aprovechando el incremento previsto de los tipos de interés, con lo que deberían subir las valoraciones bursátiles de la banca mediana. Ahora estas acciones se pagan por debajo de su valor en libros. Así ocurrió en junio de 2017, cuando Unicaja Banco salió al parqué en junio de 2017. Ibercaja no quiere malvender el 33% del capital. Además, el banco aspira a seguir siendo “independiente”, según sus directivos, desoyendo las recomendaciones de los supervisores.

Para ganar casi 300 millones en 2020 quieren duplicar los clientes particulares y de empresas. “Para 2020 debemos elevar la solvencia básica hasta el 11,5%, aspiramos a superar el 9% de ROTE (rentabilidad sobre fondos propios, sin contar el fondo de comercio), frente al 5,3% actual, y mejorar el ratio de eficiencia -que mide lo que se gasta por cada cien euros de ingresos- por debajo del 55%”, señaló el consejero delegado. El año pasado la eficiencia acabó en el 72%, por lo que la mejoría debe ser significativa.

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No habrá otro ERE

En cuanto a los activos improductivos, un aspecto que lastra al sector desde la crisis, el banco “trabajará para reducirlos a cerca de la mitad”, dice la nota de prensa. En plan anterior del banco, de 2015 a 2017, se saneó el balance con la limpieza de 1.600 millones en activos improductivos, un 28% del total. La morosidad descendió un 34%, hasta el 7,7%.

El consejero delegado ha descartado un nueve ERE en los tres próximos años, después de haber reducido la plantilla el año pasado en 550 empleados, un 12%, con un acuerdo sindical.

Para Iglesias, 2018 todavía será un año “complejo para nuestra cuenta de resultados”, pero aseguró que en 2020 Ibercaja “tendrá un balance sano, una elevada solvencia, una rentabilidad competitiva y una eficacia comercial a la altura de los mejores”.

Fuente: El País