Los pensionistas han tomado la calle. La subida anual del 0,25% desde 2014 han servido de catalizador para un movimiento que este sábado ha congregado a decenas de miles de personas en más de un centenar de manifestaciones por toda España para reivindicar «unas pensiones dignas» y su «blindaje constitucional». No es que esté en riesgo el pago de estas prestaciones, no lo está. Pero la movilización del colectivo pone sobre la mesa que la crisis de las pensiones, que se esperaba para dentro de cuatro o cinco años, cuando se jubilaran los nacidos en el baby boom, ya está aquí. No solo en su vertiente económica sino también en la social y política, con un añadido: los miles de mayores que han salido a la calle son un ejército electoral temible que todos quieren atraer.

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Ni la lluvia ni la nieve, ni las discrepancias de las diferentes plataformas y organizaciones convocantes, que en lugares como Madrid han llevado a que estén convocadas dos manifestaciones —una por la mañana y otra por la tarde—, evitaron este sábado que decenas de miles de pensionistas se echaran a la calle en toda España. Clamaban por «unas pensiones dignas», unos; otros por su «blindaje constitucional»; en Barcelona los hubo, incluso, que protestaban contra el Pacto de Toledo; y todos exigían que se garantice el poder adquisitivo de las pensiones, es decir, que se derogue la reforma de 2013, que acabó con la vinculación entre la evolución de los precios (ipc) y las pensiones y ha determinado que las últimas subidas anuales sean del 0,25%.

El déficit continuado del sistema de pensiones desde 2011 mostraba que la Seguridad Social tenía un problema financiero. La merma del Fondo de Reserva —conocido como hucha de las pensiones— hacía sonar la alarma de falta de recursos. Y las proyecciones demográficas situaban el comienzo del reto para el sistema en 2022 o 2023, cuando empezaban a retirarse la generación del baby boom, y para las que ya se han hecho reformas [la más emblemática es el retraso la edad de jubilación de 65 a 67 años]. Pero las movilizaciones de este sábado muestran que esa crisis o ese reto, que exige de más reformas y bastante más dinero, se ha acercado al presente casi sin avisar. «También voy a venir esta tarde, sí», responde Rafael Albéniz, que quiere que queden claras dos cosas: lamenta que haya pocos jóvenes en la manifestación mañanera de Madrid y que es socialista, informa Nahiara S. Alonso.

Más de 40.000 manifestantes en Sevilla

En Andalucía decenas de miles pensionistas protestaron este sábado contra las medidas del Gobierno. Los organizadores cifraron en 40.000 los manifestantes en Sevilla, 35.000 en Málaga, 20.000 en Granada, unos 10.000 en Almería, Huelva y Córdoba, 8.000 en Cádiz y 5.000 en Jaén, informa Javier Martín-Arroyo.

En Sevilla, a pesar de la lluvia unas 40.000 personas, según la organización, clamaron por unas pensiones dignas. Entre ellas, manifestantes indignadas como Carmen Hidalgo, que exponía con crudeza su día a día: “A mí me han subido la pensión cuatro euros, es una vergüenza. Vivo yo y ayudo a mis tres hijas, porque incluso trabajando tienen sueldos de miseria”. Más adelante, en la cabecera el portavoz de la coordinadora estatal por el sistema público de pensiones, Cristóbal Ráez, cargaba: “La solución no es recortar las prestaciones, sino que haya voluntad política para incrementar los ingresos. Fórmulas fiscales y empleo de calidad y no precario”. Ráez explicaba que se han reunido con todos los grupos parlamentarios en la comunidad, pero solo Podemos e IU les han apoyado de manera expresa.

Manifestación por las pensiones en Sevilla.Manifestación por las pensiones en Sevilla. EL PAIS

Los gritos de la marcha apelaban a Rajoy, esta mañana en Marbella, y no solo desde los pensionistas, sino también de jóvenes que gritaban con fuerza. Entre ellos, la funcionaria Enriqueta Sanabria, que llegó en autobús a la capital andaluza desde Puebla de los Infantes. «No veo justo el saqueo de las pensiones del Gobierno. Con 600 euros no se puede pagar la luz y más recibos».

Uno de los pensionistas pedía el anonimato pero inquiría: “Queremos techo, dignidad e igualdad. Y estamos aquí aunque no está la cosa para manifestarse, hace poco ya me sacaron en volandas en un desahucio”. Mientras, los gritos sobrepasaban los paraguas: “Pensiones sí, corruptos no”, “Rajoy, escucha, estamos en la lucha” y “Esta lucha, la vamos a ganar”.

Pensionistas, jóvenes aún lejos de comenzar a trabajar y hombres y mujeres de todas las edades se han reunido en la Plaza del Carmen de Granada para luchar por unas pensiones dignas. Alrededor de 4.000 personas se han congregado. Desde un buen rato antes de la hora convocada se comenzaban a escuchar consignas. “No más rescate a los banqueros, los pensionistas primero”, “la no contributiva no da ni ‘pa’ comida y la de viudedad, no da ni ‘pa’ empezar” o “no cabe duda, subida para las viudas” han sido algunas de las frases coreadas por los pensionistas que, pese al intenso frío y la lluvia intermitente, no se han arredrado y han salido de casa para quejarse por su situación, informa Javier Arroyo.

A la convocatoria granadina se han sumado numerosas plataformas y sindicatos que, según los organizadores, habían accedido a acudir sin consignas partidistas. El hecho de que algunos sindicatos hayan acudido con sus símbolos ha provocado un momento de cierta tensión, cuando la representante de la plataforma por la defensa de las pensiones públicas ha criticado ante que los sindicatos no hubieran respetado ese acuerdo. “Los sindicatos firmaron los decretos que nos han llevado hasta aquí, así que no tienen credibilidad”, ha dicho esta portavoz. Finalmente, la pequeña crisis no ha ido a mayores y la cita reivindicativa ha vuelto a la normalidad.

Derogar la reforma laboral

En Barcelona, unas 30.000 personas, según la Guardia Urbana, recorrieron las calles de la ciudad hasta la Delegación del Gobierno en Cataluña para reclamar pensiones dignas y la derogación de las dos últimas reformas laborales, la que impulsó el PP y la anterior del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. El protagonismo principal fue de los jubilados y de la Marea Pensionista de Cataluña, convocantes de la marcha, que se abrió con una pancarta con el lema “No al pacto de Toledo”, informa Pere Rios.

Los organizadores reclamaron acabar con este acuerdo entre partidos políticos, el aumento de las pensiones hasta alcanzar un mínimo de mil euros y su presencia en el grupo de trabajo que creen que se debería constituir para reformar el sistema actual. La marcha transcurrió sin ningún tipo de incidentes, aunque el proceso independentista catalán se dejó ver con algún reproche de manifestantes a Iceta por su apoyo al artículo 155 de la Constitución y lazos amarillos en las solapas de una parte de los asistentes para exigir la libertad de los cuatro líderes secesionistas encarcelados.

«No somos un rebaño de mansas ovejas»

En Galicia, una de las comunidades más envejecidas y la única en la que el PP gobierna con mayoría absoluta, las protestas de los jubilados han sido multitudinarias, especialmente en Vigo, A Coruña y Santiago. «Pensaron que éramos un rebaño de mansas ovejas, pero se equivocaron», proclamó entre aplausos Rosa, la encargada de leer el manifiesto del Movemento Galego en Defensa das Pensións Públicas en A Coruña, donde la masiva afluencia a la concentración obligó a cortar el tráfico en una de sus principales avenidas, informa Sonia Vizoso.

Un gran muñeco de Rajoy animando a los españoles a abrir planes privados de pensiones en los bancos de sus «amigos» presidió la protesta en A Coruña, donde abundaron las consignas contra el PP y el presidente del Gobierno. «Piensan que somos imbéciles, que los únicos cultos y preparados son ellos. Aquí también hay mucha gente preparada, pero con más honradez», afirmó uno de los oradores por megafonía.

Mientras los asistentes alzan repetidamente sus brazos gritando “manos arriba, esto es un atraco”, Josefina Martínez rechaza el argumento del Gobierno de que no hay presupuesto para subir más las pensiones: “Tienen dinero para lo que quieren y nosotros no dejamos de perder poder adquisitivo”. A su lado, Manuel Muñoz, jubilado del sector de la construcción, exige “soluciones del siglo XXI” para los problemas de sostenibilidad del sistema por el envejecimiento de la población y la futura desaparición de miles de puestos de trabajo: “Que [para pagar las pensiones] le pongan un impuesto a las empresas que se ahorren salarios poniendo robots. El impuesto a la banca yo creo que no sirve, porque acabarán pagándolo los usuarios”.

La organización cifra en 20.000 los asistentes a las protestas por las pensiones dignas en cada provincia. La Delegación de Gobierno rebaja esa cifra a 14.000, informa Pedro Murillo.

En Vitoria también ha tenido lugar una manifestación multitudinaria convocada por las organizaciones Arabako Pentsionistak Lanean y Por una vida digna. Durante el recorrido una veintena de jóvenes ha desplegado una pancarta con la frase Sois ejemplo de lucha y han aplaudido a los manifestantes. Para la tarde hay convocadas manifestaciones en Bilbao y San Sebastián.

En Galicia, varios miles de personas han salido a las calles, sobre todo en Santiago, A Coruña y Vigo, al igual que en Gijón, Santander, Zaragoza, Toledo, Palma de Mallorca, Alicante, Castellón, Murcia, Mérida, Badajoz y Cáceres, ciudad esta última donde los paraguas han acompañado a globos y pancartas con lemas como «Rajoy ladrón devuélveme la pensión» o «No es país ni para viejos». Informa Efe

Fuente: El País