Huawei se ha asentado firmemente en el ojo de una tormenta geopolítica. Las autoridades canadienses arrestaron el miércoles a Meng Wanzhou, directora financiera del fabricante chino de equipos de telecomunicaciones, por presunta violación de las sanciones de Estados Unidos. El caso surge justo cuando más países presionan a Huawei por diversas razones. Y los proveedores también se pondrán nerviosos. Puede ser un microcosmos de un esfuerzo de contención más amplio.

Meng, que también es hija del fundador de la empresa –Ren Zhengfei–, podría ser extraditada a Estados Unidos; se ha fijado una audiencia para hoy. Se la acusa de no cumplir con los bloqueos económicos y comerciales contra Irán impuestos por Washington, según informaciones de los medios de comunicación, en línea con una noticia de Reuters de abril sobre que los fiscales de Estados Unidos estaban investigando a Huawei. La embajada china en Canadá dijo que se opone totalmente a la detención.

El arresto seguramente planteará dudas sobre si la propia empresa podría ser separada de los proveedores estadounidenses, un castigo como el que sufrió un rival chino, ZTE, antes de que se le concediera un indulto a principios de año. Huawei dice que no tiene conocimiento de ningún comportamiento delictivo por parte de Meng.

Ponerla bajo custodia aumenta el problema para Huawei. En las últimas semanas se ha enfrentado a una oleada de presiones políticas, mientras los países deciden qué equipo utilizar para sus redes inalámbricas ultrarrápidas de 5G. Washington está presionando a sus aliados para que rechacen a Huawei como proveedor, informó el diario estadounidense Wall Street Journal el mes pasado.

Australia vetó a Huawei y ZTE en agosto, mientras que Nueva Zelanda ha hecho un movimiento similar más recientemente. La empresa británica BT dijo el miércoles que abandonaría el equipo Huawei del núcleo de sus operaciones móviles 3G y 4G.

El panorama general debería estar cada vez más claro para los inversores. Excluir a Huawei del mercado estadounidense podría resultar devastador. Incluso una expulsión a cámara lenta de Europa sería dolorosa. La compañía con sede en Shenzhen tiene el 40% del mercado en dicho continente, que representa al menos una cuarta parte de las inversiones de capital en telecomunicaciones a nivel mundial, según Jefferies. El plan de Huawei de generar 100.000 millones de dólares (88.000 millones de euros) en ingresos este año podría ser cada vez más difícil de lograr.

Es más, es probable que el arresto de Meng sobrecargue las ya tensas negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China. El exsecretario del Tesoro de Estados Unidos Henry Paulson, un enlace habitual entre los dos países, advirtió el mes pasado sobre la perspectiva de un “telón de acero económico” internacional. Puede que esté cayendo primero sobre Huawei.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

Fuente: Cinco Días