Roberto Higuera, uno de los ejecutivos más veteranos del Banco Popular con una relación de casi cinco décadas, ha declarado ante el juez de la Audiencia Nacional que las cuentas en la ampliación de capital de 2016 reflejaban la imagen fiel de la entidad. El que fuera presidente de la Comisión de Auditoría y vicepresidente del banco, ha afirmado que la prueba de su confianza en la contabilidad de la entidad es que perdió un millón de euros en acciones cuando quebró el banco, el 7 de junio de 2017, ya que no vendió los títulos ni siquiera cuando dejó sus cargos, meses antes de que desapareciera la entidad.

Con este planteamiento, Higuera sostiene la gestión del expresidente Ángel Ron, con el que trabajó estrechamente muchos años. Ha negado las principales acusaciones realizadas en la Audiencia por el último presidente del banco, Emilio Saracho, y ha afirmado que «no tiene sentido decir que la ampliación de 2016 debía haber sido de 8.000 millones en lugar de 2.500 millones», como finalmente se hizo, según fuentes jurídicas presentas en la declaración. En su opinión, ningún supervisor, regulador o auditor criticó la ampliación por su escasa cuantía. El exvicepresidente ha dicho que todas las autoridades las consideraron adecuada para que el Popular recuperara sus ratios de capital y solvencia.

Durante el interrogatorio, Higuera ha dejado entrever que el hecho relevante del 3 de abril de 2017 en el que se incrementaron las pérdidas del banco, fue el detonante de la caída de la entidad por la pérdida de confianza que provocó en los mercados, los accionistas y los clientes. Lo ha descrito como «»un hecho consumado» que se planteó ante el consejo cuando ya se había informado a la CNMV y que no tenía materialidad suficiente ni relevancia para ser una reexpresión de cuentas. Dicha reexpresión hizo ascender a 3.611 millones de euros las pérdidas de 2016, unos 550 millones adicionales.

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También ha contradicho la afirmación de Saracho de que las tasaciones de los activos inmobiliarios estaban infladas. En opinión de Higuera, la prueba de que estaban ajustadas al valor del mercado es que en 2015 y 2016 vendieron inmuebles por un valor conjunto de 4.000 millones, con plusvalías. «Es un disparate decir que se encubrían pérdidas con las tasaciones», afirmó, según las citadas fuentes. 

En las cuatro horas y media de declaración, Higuera respondió al juez, al fiscal y a su abogado defensor, Carlos Aguilar. Sobre las cuentas del banco y su control, responsabilidad especial de la comisión de auditoría que presidía Higueras, el directivo recordó que no solo mantenían conversaciones con PwC, su auditor externo, sino también pidieron informes de contraste a KPMG, Deloitte y EY sobre los balances individuales y los consolidados. Nunca, afirmó, estas firmas pusieron objeciones a las cuentas del banco. 

Por último, también ha considerado «absurdo» decir que se pagaron con créditos del Popular las acciones de la ampliación de capital porque fueron sobresuscritas en un 133% y la operación estaba garantizada al 100% por los bancos de inversión y la aseguradora Allianz.

Fuente: El País