Es ya una tradición que el jefe del FMI se anticipe a la asamblea anual del organismo y anuncie una semana antes por dónde irán los tiros de la reunión que congrega a la flor y nata de las finanzas mundiales. En 2018, la entonces directora gerente del Fondo, Christine Lagarde, ya dio la voz de aviso de que los problemas aumentaban. “El clima de la economía global está empezando a cambiar”, alertó. Un año después, los peores augurios se confirman. El organismo rebajará la próxima semana sus previsiones para 2019 y 2020. “La desaceleración generalizada hará que el crecimiento caiga este año a su tasa más baja desde principios de la década”, dijo el martes la nueva cara visible del FMI, Kristalina Georgieva.

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Se esperaba con interés el primer gran discurso de la recién elegida directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Y Georgieva no ha defraudado. La búlgara mandó unos cuantos mensajes de calado. Como que las tensiones comerciales ya están teniendo un efecto cuantificable: el próximo año restarán al crecimiento global unos 700.000 millones de dólares, el equivalente al PIB de un país como Suiza, dijo. También alertó de que esta escalada proteccionista amenaza con tener efectos a largo plazo, que podrían lastrar la economía durante toda una generación.

De paso, también lanzó dos ideas que pueden interpretarse como un decidido apoyo a los grandes bancos centrales del mundo. Y, de refilón, como un ataque indirecto a los Gobiernos de EE UU y Alemania. Georgieva destaca la importancia de respetar la independencia de los bancos centrales. “Están bregando en todo el mundo en circunstancias difíciles. Su independencia es la base de una buena política monetaria”, dijo. No es ningún secreto que el presidente Donald Trump lleva meses socavando esta independencia con ataques brutales al presidente de la Reserva Federal, al que ha llamado loco e inútil.

El FMI también echa una mano al BCE, que lleva tiempo pidiendo a los Gobiernos de la eurozona con más margen para gastar que contribuyan a evitar una nueva crisis. Georgieva recoge este mensaje y le pone nombres y apellidos. “En países como Alemania, Corea del Sur y Países Bajos, un aumento del gasto —sobre todo en infraestructura e I+D— contribuiría a impulsar la demanda y el potencial de crecimiento”, aseguró.

El discurso de la mujer llamada a pilotar el Fondo durante los próximos cinco años se ha centrado en la necesidad de actuar antes de que las tensiones provocadas por la escalada proteccionista y por conmociones como el Brexit vayan a más. Pero, al margen de cómo evolucionen estos problemas, reconoce que ya han hecho mucho daño. “La incertidumbre está frenando el potencial económico”, dijo. Y añadió que las “grietas” actuales podrían provocar cambios que duren una generación. Y enumeró los daños colaterales: “Cadenas de suministro rotas, sectores comerciales compartimentados y un ‘muro de Berlín digital’ que fuerce a los países a elegir entre sistemas tecnológicos”, dijo, en alusión al conflicto en torno a la tecnología 5G que enfrenta a la Administración Trump con la empresa china Huawei.

Fuente: El País