El sector olivarero, representado por Asaja, COAG, UPA y Cooperativas Agroalimentarias, se ha manifestado este jueves en Madrid para denunciar la «crítica» situación que atraviesan más 250.000 familias de productores por las pérdidas que soportan ante los bajos precios en origen del aceite de oliva y ante la propuesta del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles del 25% a varios productos agrícolas comunitarios, entre ellos el aceite de oliva.

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Así, miles de olivareros (30.000 según el sector; 8.000 según la Policía Nacional), procedentes de Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Aragón, Comunidad Valenciana, Murcia, La Rioja y Cataluña, han recorrido las calles de la capital bajo el lema Precios justos para un olivar vivo para reclamar un paquete de medidas que reactiven los bajos precios en origen y garanticen un futuro «digno» para las explotaciones de olivar tradicional, en una marcha que inició en la Puerta de Alcalá y finalizó ante la sede del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en Atocha.

A pesar de que España es la principal productora de aceite de oliva a nivel mundial, cuenta con los precios en origen más bajos de la Unión Europea, llegando incluso a situarse por debajo de los costes de producción (el coste medio ponderado de producción de aceite de oliva en España, según el Consejo Oleícola Internacional, se estableció ya en 2015 en 2,75 euros por kilo de aceite de media).

La campaña se inició en 2018 con un 26% de caída de precios, a una media de 3,53 euros por kilo, según datos del Observatorio de Precios y Mercados de la Consejería de Agricultura de Andalucía, y ha continuado la tendencia bajista durante 2019, hasta situarse en un 44% menos (de 3,53 euros por kilo en junio de 2018 a cotizaciones por debajo de los actuales dos euros por kilo, por debajo de los costes de producción, 2,75 euros por kilo), en un contexto internacional de menor producción, principalmente en los países extracomunitarios.

«Por lo tanto, esta situación de precios no obedece a razones de mercado, ya que se trata de un sector en el que la demanda crece por encima de la oferta, sino a maniobras especulativas que buscan ganar cuota hundiendo los precios en origen», han subrayado los responsables sectoriales de las organizaciones agrarias. Por otra parte, la falta de medios materiales y humanos impide llevar a cabo los controles necesarios en materia de trazabilidad, que permitan garantizar la calidad y la pureza, impidan prácticas fraudulentas relacionadas con las mezclas de aceite y certifiquen que el etiquetado ofrece una información completa y rigurosa.

A todo ello se suman, según el sector, las prácticas comerciales desleales de las cadenas de distribución que utilizan el aceite de oliva como producto reclamo, «tirando por tierra la imagen de un producto de excelencia y contribuyendo a la tendencia a la baja de los precios». El secretario general de COAG, Miguel Blanco, ha denunciado que en la última campaña se haya quitado a los olivareros más de 1.000 millones de euros, debido a que «la industria envasadora especula con los precios por sus propios intereses, manipulando los precios y las cantidades sin un control por parte de la Administración Pública».

La superficie de cultivo dedicada al olivar en España se eleva a 2,6 millones de hectáreas, distribuidas en más de 400.000 explotaciones. Este cultivo mantiene 15.000 empleos en la industria y genera más de 50 millones de jornales por campaña. Respecto a los aranceles de Estados Unidos, el presidente del sector del aceite de oliva de cooperativas agroalimentarias, Rafael Sánchez Puerta, ha señalado que complican más la situación, puesto que es un país en el que se vendían más de 200 millones de kilos de productos agroalimentarios, lo que supone una pérdida «letal» para el sector y deja en evidencia la desventaja de España respecto a otros países europeos. La manifestación ha transcurrido sin incidentes y de manera pacífica.

Fuente: El País