El mercado laboral estadounidense creó empleo con solidez en junio, al registrar 224.000 nuevos ocupados. Representa un fuerte repunte frente a los 72.000 que se dan ahora para mayo, un dato que fue revisado a la baja. La tasa de paro sube una décima, hasta el 3,7%, pero es porque creció la población activa. Esta lectura tan robusta diluye la posibilidad de que la Reserva Federal —el banco central del gigante norteamericano— opte por una acción drástica de recorte los tipos de interés en su reunión a final de este mes de julio.

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El mercado esperaba el dato con especial interés. El consenso de Wall Street anticipaba 165.000 empleos adicionales para junio. Cualquier dato más débil, especialmente si quedaba otra vez por debajo de los 100.000 ocupados, habría sido virtualmente la luz verde para que la Fed procediera a un recorte preventivo. Las apuestas antes de publicarse el dato eran del 72%. Una lectura más robusta, sin embargo, podría justificar que mantenga la estrategia de paciencia en la política monetaria.

La solidez del ritmo de contratación en junio de momento disipa los miedos a un frenazo en la expansión y resta urgencia. La economía de EE UU creció a un ritmo ligeramente superior al 3% durante el primer trimestre y la Fed descarta el escenario recesivo. Sin embargo, se espera que el ritmo con el que avanza la economía se modere en el segundo trimestre para mantenerse por encima del 2% y que baje a entorno el 1,5% para el resto del año.

El reto en este momento es entender cuál es el nivel de tolerancia de la Fed. La danza se complica con la inflación, lo que justificaría el recorte de tipos. La debilidad que muestra el alza de precios preocupa especialmente al presidente Jerome Powell y plantea un quebradero de cabeza para el resto de bancos centrales mundiales, porque implica que el tipo neutral estaría más bajo y resta margen de acción. Los salarios subieron un 3,1% en el año.

El bache en la creación de empleo observado en mayo, como señalan desde Moody’s Analytics, sería consistente con la tendencia a la moderación del crecimiento económico. Pero también reflejó ese mes la incertidumbre creada por el litigio comercial con China. Las empresas son más cautas y eso afecta al ritmo de la contratación. También hay nervios en el sector de la construcción y el comercio minorista, que sigue perdiendo puesto de trabajo.

El golpe a la confianza se observa entre las pequeñas empresas, donde el indicador de empleo en el sector privado muestra la segunda pérdida mensual consecutiva. Se explica por la debilidad en servicios y la hospitalidad, también por una caída del optimismo del consumidor. Es la señal más clara hasta el momento de que el paro podría empezar a subir cuando se cumplen diez años de la expansión. Esto sería motivo también para justificar el recorte preventivo este año.

Tras publicarse el dato de empleo, el tipo del bono del Tesoro a 10 años volvió a colocarse ligeramente por encima del 2%. Si la Fed mantiene las cosas, podría elevar aún más las ansias del presidente Donald Trump. Esta misma semana volvió a mirar a la política monetaria en Europa para meter presión a Powell. En paralelo, presentó a dos nuevos nominados para cubrir vacantes de gobernador en el banco central que son muy favorables a la laxitud.

Trump celebró este viernes el dato de empleo con un tuit en el que señala que el mercado laboral suma ya 157 millones de ocupados. E insistió en que el recorte de tipos —que auparía aun más el crecimiento a poco más de un año vista de las elecciones presidenciales de noviembre de 2020— contribuirá a dar un impulso adicional al crecimiento. El jefe de la Fed tiene prevista una intervención pública la próxima semana ante el Congreso, durante la que podría dar nuevas indicaciones sobre el próximo paso de su estrategia. En su informe semianual, reitera su disposición a recortar tipos si es necesario.

Fuente: El País