La escasez y el mal reparto del agua es un problema grave que afecta a todo el planeta. Como es obvio, España no es una excepción. Muy al contrario, somos un país con pocas precipitaciones que, además, están mal repartidas.

Sin embargo, las múltiples captaciones, los trasvases, la desalación o la reutilización hacen posible abastecer a una población que en época estival llega a multiplicarse por diez. En cierta medida podría hablarse del milagro español del agua; y a ello no son ajenas las empresas del ramo.
Durante las dos últimas décadas, en España se ha trabajado intensamente para consolidar una visión de largo plazo, imprescindible para la planificación y el desarrollo de las infraestructuras de agua.

Esta experiencia adquirida, ha permitido la internacionalización de las compañías, que es ya un hecho indiscutible, inicialmente en Latinoamérica y, más tarde, en todo el mundo.

Para identificar el binomio España y agua con la excelencia sectorial, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, con la colaboración del Icex, puso en marcha la marca España Agua, una iniciativa para respaldar el proceso de internacionalización del sector, iniciado hace ya varios años.

Actualmente, el 47% de los proyectos a nivel mundial en el ámbito del agua son liderados por empresas españolas, según el propio ministerio.

Las compañías del sector abastecen a 100 millones de personas fuera de nuestras fronteras. Es decir, suministran anualmente más de 4.000 millones de metros cúbicos de agua, lo cual se traduce en una facturación de 20.000 millones de euros anuales y en más de 150.000 puestos de trabajo, destacan en la Asociación Española de Empresas de Tecnologías del Agua (Asagua).

Y es que el saber hacer de España en la gestión del agua permite que el país sea uno de los diez grandes del mundo en este mercado, señala la Asociación Española de Empresas Gestoras de los Servicios de Agua Urbana (AGA).

Su área de influencia llega hasta las ciudades más desarrolladas de varios continentes. Compañías como Acciona Agua, Aqualia-FCC, Agbar, Ferrovial o Abengoa son un referente en proyectos de potabilización y depuración, acometida, abastecimiento y transporte de agua, tratamiento de residuos y alcantarillado, obras hidráulicas…

“La necesidad aguza el ingenio. Las empresas españolas han aprendido mucho de la gestión que han hecho en nuestro país. Esto les ha permitido adquirir un conocimiento que después les ha servido fuera. Son pioneras en su actividad a nivel internacional”, apunta José Carbonell, presidente de AGA.

Hay múltiples ejemplos: la estación depuradora de aguas residuales de Atotonilco es un proyecto de Acciona en Ciudad de México que representa la mayor planta de tratamiento de agua del mundo y permite depurar el agua residual del área metropolitana; en Qatar, las desaladoras de Ras Abu Fontas o Umm Al Houl son un hito en ese país al haber incorporado por primera vez la tecnología de ósmosis inversa.

Y hace escasamente una semana, también Acciona se ha adjudicado la construcción de una de­sa­ladora en Dubái por 192 millones de euros, que será una de las mayores de Emiratos Árabes Unidos, con una capacidad de casi 182.000 metros cúbicos diarios, y estará finalizada en 2020; en Australia, la desaladora de la ciudad de Adelaida es una de las mayores del planeta…

Por su parte, Aqualia, la empresa de gestión del agua de FCC, presta actualmente servicio a 22,5 millones de usuarios en 1.100 municipios de 22 países. En 2017, facturó 1.025,9 millones de euros y la cartera de negocio ascendió a 14.791,6 millones.

Uno de los últimos contratos internacionales de Aqualia ha sido la construcción, operación y mantenimiento de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Arraiján, Panamá. Con este proyecto, valorado en 85 millones de euros, prestará servicio a 130.000 habitantes. También está construyendo la depuradora de Abu Rawash en Egipto, una de las más grandes del mundo.

Más inversiones

Desaladoras de Acciona en Qatar. Desaladoras de Acciona en Qatar.

Como consecuencia de la crisis económica, y tras muchos años sin dedicarle una inversión adecuada en los Presupuestos Generales, las infraestructuras del agua han sufrido un importante deterioro en España.

“Sea por la crisis u otras cuestiones, no se ha mantenido el nivel de inversión deseable para conservar las instalaciones en un perfecto estado. Nosotros insistimos en que se debe hacer un mayor esfuerzo”, indica José Carbonell.

El 72% de nuestra superficie está en situación de estrés hídrico severo, pero invertimos en infraestructuras un 56% menos que Francia, Reino Unido o Italia.

Fuente: Cinco Días