El presidente de EEUU, Donald Trump, amplió este fin de semana su guerra comercial con el mundo, asegurando que, además de aranceles a las importaciones de acero y aluminio, colocará tasas de hasta el 25% del precio a los coches fabricados en Europa pero que se venden en EEUU. Y los fabricantes de vehículos, reunidos esta semana en la 88 edición del Salón del Automóvil de Ginebra, aseguran estar expectantes a ver cómo queda este radical anuncio.

“De una posición de máximos en una negociación a una decisión final, hay mucho trecho”, aseguró Carlos Tavares, presidente de la patronal europea de fabricantes de coches ACEA en un encuentro con la prensa. Como presidente de PSA, el ejecutivo sí avanzó que, de hacerse realidad esta imposición de aranceles, “tendremos que revisar nuestra estrategia de entrada en EEUU”, un objetivo que la automovilística se ha colocado “a diez años vista”.

Por su parte, el presidente de Fiat Chrysler, Sergio Marchionne, ha pedido “tranquilidad” al respecto de estas palabras del presidente Trump. “El ruido que resulta de todas estas noticias solo sirve para complicar las negociaciones sobre el futuro del Tratado de Libre Comercio en Norte América (Nafta, por sus siglas en inglés)”, afirmó. “Perjudica al proceso y a nosotros nos interesa que se cierre cuanto antes, dado que estamos mirando México y Canadá como sitios para invertir”, dijo.

El consejero delegado del grupo Volkswagen, Matthias Müller, dijo por su parte en su evento previo al Salón del Automóvil de Ginebra, que lo dicho por Donald Trump es todavía “un rumor” y que “las reglas comerciales todavía no han cambiado”. Para el grupo Volkswagen, Estados Unidos no es su principal mercado, pero sí que añade 675.000 vehículos al año a sus 10,72 millones.

Harald Krueger, presidente de BMW, sí avisó que “el establecimiento de aranceles a los coches europeos tendrá un severo impacto en los puestos de trabajo”. BMW emplea a más de 9.000 trabajadores en Carolina del Sur, lo que le convierte en el mayor empleador del estado.

Pero el futuro de la industria del motor también es indeterminado pero está muy alejado en realidad de las cuestiones políticas. El Salón se vive plagado de novedades en cuanto a vehículos eléctricos, que dominan todos los stands de Ginebra. Además, las marcas se atreven a presentar sus propuestas de gama eléctrica con usos más allá del urbano. Por ejemplo, ante el gusto creciente por los todocaminos, Jaguar apuesta por su i-Pace y Hyundai, su Kona EV o el e-tron Quatro Concept de Audi. Las berlinas se hace eléctricas con la llegada del prototipo de Volkswagen, I.D Vizzion, que también es de conducción autónoma.

Los deportivos también tienen su hueco eléctrico en Ginebra, con un concept car de Honda y con la presentación del Cupra e-Racer, un turismo 100% eléctrico de Seat para competición con el que la marca quiere aportar “un poco de emoción a la electromovilidad”, señaló el presidente, Luca de Meo. El ejecutivo también avanzó que este nuevo vehículo “podría servir de inspiración para el diseño” de los vehículos enchufados de la enseña, que llegarán al mercado a partir de 2021.

Mercedes Benz por su parte, ha presentado su propuesta de motores híbridos enchufables de diésel, toda una novedad cuando la mayor parte de la industria apuesta por la gasolina para la hibridación enchufable.

Fuente: Cinco Días