El tamaño de Flossbach Von Storch crece como la espuma. En 2019 ha superado los 38.000 millones de euros en activos bajo gestión, frente a los 21.000 millones que tenía hace solo tres años. Esta firma, especializada en estrategias de inversión multiactivos, ya es la mayor gestora de fondos independiente de Alemania. Bert Flossbach (Wipperfürth, 1961) es uno de sus cofundadores.

Pregunta. El último tramo de 2018 fue malo para los inversores. Sin embargo, el arranque de 2019 está siendo positivo. ¿Por qué estos bandazos?

Respuesta. La caída de las Bolsas en el último trimestre fue exagerada. No había razones fundamentales para que los precios llegaran al nivel que vimos en diciembre. Lo que hemos visto durante los primeros meses de 2019 es simplemente la corrección de un castigo excesivo. Al mercado le queda algo de recorrido en este rebote hasta la próxima corrección.

P. ¿Y cuando llegará ese momento?

R. Los inversores descontaron demasiado rápido en noviembre y diciembre pasados que el menor entorno de crecimiento económico iba a afectar a los resultados empresariales. Lo que sigue dando soporte a la Bolsa, y lo que explica en parte su rebote, es que los tipos de interés siguen estando muy bajos, circunstancia que ofrece un soporte a las cotizaciones. La Reserva Federal ya ha dejado claro que no va a ser muy agresiva y el mercado ha vuelto a fijarse en el diferencial de rentabilidad entre la renta variable y la deuda pública. Ahora bien, no creo que este año se repita lo que ocurrió en 2017, cuando la Bolsa subió y subió sin apenas volatilidad.

“La caída de las Bolsas en el tramo final de 2018 fue exagerada. No había motivos fundamentales”

P. ¿Hasta dónde pueden subir los índices bursátiles?

R. Honestamente, es difícil de predecir. Es difícil que volvamos a los niveles de noviembre. Nuestro escenario base contempla que las Bolsas se mueven un 5% arriba y un 5% abajo respecto de los niveles actuales.

P. ¿Cómo ve la economía mundial?

R. Estamos en una fase de desaceleración y el grado del frenazo dependerá de las negociaciones comerciales y, sobre todo, de China. La economía del país asiático está en caída, aunque cualquier análisis de este mercado está condicionado por el grado de credibilidad que le demos a sus estadísticas. Pekín crecerá entre el 6% y el 6,5%, frente al 10% de hace unos años. Este enfriamiento es hasta cierto punto de vista lógico porque una economía tan grande no puede mantener mucho tiempo ese ritmo de expansión. El Gobierno chino tiene munición guardada en el cajón desde el punto de vista monetario para evitar que el frenazo sea más brusco. El pasado año las Autoridades elevaron las restricciones a los préstamos para evitar un descontrol de la llamada banca en la sombra, lo que aceleró el enfriamiento económico. Ahora parece que ocurre lo opuesto. En definitiva, esperamos que el PIB mundial siga creciendo, pero a menor ritmo. No prevemos una recesión global, aunque no es descartable que algún país pueda caer en ella desde el punto de vista técnico, como ya hemos visto en Italia, mientras que Alemania se ha salvado por poco.

P. Además de la guerra comercial y China, ¿qué otras amenazas se ciernen sobre la economía?

“El grado de la desaceleración dependerá de China y de la guerra comercial”

R. La verdad es que hay muchos obstáculos. Tenemos el Brexit, los chalecos amarillos en Francia, las elecciones europeas y españolas… En general, creo que los factores políticos a largo plazo no afectan tanto a los mercados, salvo cuando se traducen en políticas como la guerra comercial o el proteccionismo. Nuestro trabajo consiste en eliminar todo ese ruido y concentrarnos en los aspectos fundamentales. Por ejemplo, de qué sirve hacer cálculos sobre el impacto del Brexit si ni la propia Theresa May sabe realmente qué ocurrirá. En la zona euro, por ejemplo, la tasa de crecimiento pone en una situación muy difícil al BCE. Es el único banco central del mundo que, además de decidir sobre los tipos de interés, tiene la misión de conservar junta a toda una unión monetaria, objetivo que le está empujando a mantener el precio del dinero en niveles ultrabajos.

P. Debido a la extensión de estas medidas monetarias tan expansivas, ¿cree que existe el riesgo de que se esté creando alguna burbuja en el mercado?

R. En Bolsa, sobre todo en Europa, no veo ese riesgo. Hay compañías de gran calidad, con beneficios recurrentes y buena rentabilidad por dividendo como Nestlé, que han visto cómo su valoración se ha elevado bastante en los últimos años, pero eso está lejos de lo que usted me pregunta. El mayor riesgo de burbuja lo vemos en el mercado inmobiliario. Eso sí, es un problema que acotamos a los principales áreas urbanas de Europa. Se están pagando múltiplos de hasta 50 veces los beneficios esperados, por bloques de apartamentos en zonas prime de París, Londres, Berlín, Munich, Milán o Madrid. Muchas compañías de seguros y fondos de pensiones buscan rentabilidades estables. Tienen cientos de millones para invertir y el mercado inmobiliario es, junto con algunos activos de infraestructuras, los únicos que les pueden dar esos rendimientos que buscan.

P. En el negocio de la gestión de activos el tamaño es cada vez más importante y eso está alimentando los movimientos de concentración. Flossbach Von Storch está en manos de sus fundadores y socios. ¿Cree que podrán conservar su independencia a medio plazo?

R. Sí. Para nosotros conservar la independencia es muy importante porque es lo que nos proporciona libertar para invertir con una visión de largo plazo.

Fuente: El País