Han pasado diez años de la crisis que lo cambió todo, y las heridas de los bancos no se han curado del todo. El Fondo Monetario Internacional hace ahora un diagnóstico con claroscuros del sector financiero global: resalta sus mejoras —las entidades cuentan con más capital y liquidez que en los años de la tormenta—, pero insiste en sus vulnerabilidades no resueltas, como el excesivo nivel de deuda de algunos clientes y el descenso de su valor en Bolsa.

“La creciente deuda de familias y empresas ha dejado a los bancos de algunos países expuestos a clientes con una elevada carga”, asegura el Informe de Estabilidad Financiera Global presentado en Bali. El texto recuerda que algunos países ya han tomado medidas para afrontar estos riesgos. En China, por ejemplo, las autoridades están tratando de reducir el crecimiento del crédito. Y en Francia se están poniendo en marcha medidas macropudenciales para limitar las exposiciones de las entidades mayores de 30.000 millones de dólares (26.000 millones de euros). Estos clientes pueden ser especialmente peligrosos para los bancos ahora que los tipos de interés van a subir en varias zonas monetarias.

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Más peligrosa en potencia aún es otra tendencia de la que alerta el Fondo. Vuelve a tomar fuerza la combinación países muy endeudados con la tenencia de elevadas carteras de bonos por parte de los bancos. Esta mezcla explosiva podría reiniciar el círculo vicioso entre deuda pública y privada que tuvo consecuencias desastrosas en la Gran Recesión. Además, algunas entidades tienen una alta exposición a activos ilíquidos u opacos, alerta el documento.

Pero al FMI le gusta empezar por la parte positiva. El organismo que encabeza Christine Lagarde alaba el fortalecimiento del balance que han hecho las entidades desde la crisis financiera global. Y las reformas de la última década han dado algunos de los frutos deseados: el nuevo marco regulatorio y de supervisión ha mejorado sustancialmente la situación, destaca el documento. Sin embargo, los problemas no se han evaporado.

Una de las preocupaciones es la cotización en Bolsa. “En la zona euro, China, Japón y Reino Unido la ratio entre el valor agregado y el precio que consta en libros es menor de uno”, asegura el documento, en lo que supone un toque de atención sobre la pérdida de valor en el mercado de algunas entidades. “Si las valoraciones de mercado se usan para calcular ratios de capital, algunos bancos tendrían una capitalización de mercado ajustada de menos del 3%, el nivel mínimo”, añade.

El FMI enumera otra forma de comprobar la salud de los bancos: con simulaciones de ratios de capital en periodos de dificultades, las famosas pruebas de estrés. “Pese a que la última simulación de necesidades de capital está ahora muy por debajo que antes y durante la crisis, los resultados sugieren que algunos balances de bancos podrían fortalecerse aún más”, concluye el documento.

Fuente: El País