Los números rojos de las administraciones públicas engordan. El déficit del conjunto de las Administraciones Públicas, excluidos los Ayuntamientos, repuntó un 14,6% hasta septiembre en comparación con el mismo periodo de 2018, y se situó en el 1,68% del PIB ( el equivalente a 20.927 millones de euros) excluidas las ayudas financieras. El aumento del agujero presupuestario ha sido de 0,16 puntos porcentuales respecto al mismo periodo de 2018, según los datos publicados este jueves por el Ministerio de Hacienda. Este resultado se debe sobre todo al deterioro de las cuentas regionales, que hasta el tercer trimestre del año acumularon un desfase de 3.684 millones de euros, frente al superávit de 1.591 millones que registraron en 2018.

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La desviación de las cuentas regionales se explica en parte porque las autonomías están todavía pendientes de recibir los 4.600 millones que les debe la Administración central por las entregas a cuenta, un dinero que reciben por adelantado cada año equivalente al 98% de los ingresos estimados —el 50% del IRPF, el 50% de IVA y el 58% de impuestos especiales— cuya actualización este año se ha atrasado por la falta de nuevos Presupuestos. Tampoco han ingresado el saldo favorable que les corresponde tras cerrar definitivamente la contabilidad de 2017, lo que se conoce como liquidación del sistema de financiación. Estos atrasos en los cobros propician una instantánea en la que el déficit del Estado registra un descenso considerable en los primeros nueve meses del año en comparación con 2018 (de un 24,2%, hasta el 0,85% del PIB, frente al 1,16% del año anterior), mientras que las regiones lo aumentan del 0,13% al 0,29%.

Solo cuatro autonomías registraron superávit (dos de régimen común, Baleares y Canarias, y dos forales, Navarra y País Vasco), frente a las 12 que tuvieron beneficio al cierre del mismo periodo de 2018. El ministerio explica que esta evolución se debe a un crecimiento de los recursos (1.977 millones más que el año anterior) inferior a los gastos, que escalaron un 5,6%, hasta los 7.252 millones de euros. Asimismo, las regiones incumplieron con el techo de gasto, fijado en el 2,7% para 2019, salvo Andalucía, Baleares y La Rioja.

Los fondos de la Seguridad Social también han aumentado su agujero: el déficit acumulado en los primeros nueve meses del año aumenta un 13,1% en comparación con el mismo periodo del año anterior, hasta los 6.690 millones de euros. Este importe se corresponde al 0,54% del PIB, frente al 0,46% de 2018. El sistema de la Seguridad Social acumuló el total de los números rojos de esta administración (8.548 millones), compensados por el superávit del SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) y el FOGASA (Fondo de Garantía Salarial).

El Gobierno en funciones se ha comprometido con Bruselas cerrar el año con un déficit del 2% sobre el PIB, una previsión que han cuestionado tanto las principales casas de análisis como la Comisión Europea. Aunque el déficit hasta septiembre haya retrocedido en comparación con el acumulado hasta agosto —cuando se situaba en el 2,16% del PIB—. Esta disminución no implica que se cumplan los pronósticos del Ejecutivo. El año pasado, los números rojos acumulados por el conjunto de las administraciones españolas hasta septiembre se situaba en el 1,52% del PIB, pero finalmente el año acabó con un agujero del 3,05% (incluidos los Ayuntamientos, fue del 2,6%)

El déficit del Estado cae un 20,7% en octubre

Además de los datos del déficit consolidado hasta septiembre, este jueves Hacienda ha desglosado también la información relativa a la ejecución presupuestaria del Estado y de recaudación tributaria hasta octubre. Según estas estadísticas, los números rojos de la Administración central cayeron un 20,7% en los primeros 10 meses del año, hasta los 6.303 millones, equivalente al 0,50% del PIB, frente al 0,66% del año anterior. Esta mejora, explica Hacienda, se debe sobre todo al aumento de los recursos no financieros frente a los gastos: los primeros crecen un 2,5% y los segundos un 1,4%. Tras la mejora en el saneamiento de las cuentas del Estado también está el retraso en el pago de las transferencias a las comunidades autónomas explicado anteriormente.

Retroceso de la recaudación en octubre

Los ingresos tributarios disminuyeron un 4,7% en octubre en comparación con el mismo mes de 2018, hasta los 33.889 millones de euros. Un resultado provocado por el retroceso de los pagos fraccionados en el impuesto de sociedades con respecto al año pasado, cuando hubo un nivel «excepcional» de ingresos por el aumento «anormalmente» alto de los beneficios en cinco grandes grupos, que este año no han tenido la misma evolución y han arrastrado el resto de la recaudación.

El dato acumulado hasta octubre refleja sin embargo un incremento moderado, del 0,8% (en total, 183.110 millones de euros entre impuestos directos e indirectos). En términos homogéneos —excluidas las devoluciones, en particular las de maternidad, que han sido declaradas exentas por una sentencia del Tribunal Supremo, que mantienen un fuerte aumento aunque inferior a los meses anteriores—, el alza fue del 1,9%. Esta moderación en el crecimiento ya se había producido en septiembre a causa del frenazo en las retenciones de trabajo y de los ingresos brutos por IVA. 

Los ingresos tributarios por IRPF escalaron un 4,6% hasta octubre, hasta los 73.607 millones (5,9% en términos homogéneos), pero los que más crecieron fueron los especiales, debido a la equiparación de los tramos regionales al estatal del impuesto sobre los hidrocarburos: el repunte fue del 4,7%, hasta los 17.879 millones. Excluido este efecto normativo, el avance sin embargo no solo es menor, sino es negativo en un 0,2%. La recaudación por IVA aumentó un 1,9% en los primeros 10 meses del año (64.048 millones, un alza del 2,4% en términos homogéneos), mientras que la relativa al impuesto de sociedades se desplomó un 11,6% (un retroceso del 6,2% en términos homogéneos) y se situó en los 20.053 millones de euros.

Fuente: El País