El año 2018 fue un año flojo para el comercio minorista en España. En el conjunto del año, elimininando los efectos estacionales y de calendario, apenas creció un 0,7%. Es la tasa más baja desde 2013, cuando el índice cerró una racha de seis años consecutivos de caídas e inició la remontada postcrisis. Desde entonces, encadena cinco años de crecimiento, aunque se aprecia una clara ralentización. La ocupación en el sector creció un 1% en el conjunto del año, dos décimas menos que el año pasado. Aún así, encadena 56 meses seguidos de creación de empleo.

Las cifras del comercio minorista de 2018 quedan un tanto lastradas por un mal mes de diciembre, en el que las ventas cayeron respecto al mes anterior. Con esa bajada mensual, la tasa anual —diciembre contra diciembre— se queda en el 0,8%, tres décimas menos que en noviembre y menos de la mitad que en octubre (1,9%). La tasa anual, en todo caso, ha oscilado bastante a lo largo del año. Empezó en el 2,2% en enero y fue descendiendo hasta situarse en negativo en mayo. Rondó arriba y abajo cerca del 0% hasta dispararse en octubre un 1,9% y desde entonces ha ido perdiendo fuelle hasta el 0,8% de diciembre.

El año ha sido especialmente duro, de nuevo, para los pequeños comercios, las tiendas unilocalizadas. En diciembre encadenaron once meses de tasas negativas de crecimiento (-0,3%) y en el conjunto de 2018, su negocio se redujo un 0,8%. Pese a ello, la ocupación en los pequeños comercios mantuvo el tipo, con un ligero crecimiento del 0,3%, frente a la caída de empleo registrada el año anterior.

Si la cruz es para el pequeño comercio, la cara de la estadística es para las grandes cadenas (más de 25 tiendas y más de 50 empleados), que fueron las que más vieron crecer su negocio y donde más creció la ocupación. Las ventas de las grandes cadenas engordaron un 2,4% al cabo del año y la ocupación creció un 2,8% en el conjunto del año. Se aprecia, no obstante, una ralentización de la creación de empleo en estas empresas, habida cuenta de que el crecimiento rondó 4% en 2017 y 2016.

El resto de formatos comerciales también crecieron en ventas y empleo, aunque de forma más modesta. Las pequeñas cadenas (hasta 25 establecimientos) aumentaron su cifra de negocio un 0,9% de media en el año y el empleo en ellas creció una media del 0,5%. Las grandes superficies (establecimientos de más de 2.500 metros cuadrados) vendieron un 0,6% más al cabo del año y la ocupación creció un 0,4%.

El efecto del Black Friday

Al igual que en 2017, diciembre registró un descenso de las ventas respecto al mes de noviembre, lo que indica que la campaña de compras de Navidad parece adelantarse a noviembre, por las ofertas del Black Friday. Así, la cifra de negocio de los comercios se redujo un 0,6% en diciembre respecto al mes anterior. Y si se eliminan de la ecuación los repostajes en estaciones de servicio, la caída mensual es mayor, del 1,4%.

El efecto del Black Friday se aprecia especialmente si se atiende a la evolución de las ventas por productos. Se redujeron en todos los productos, pero especialmente en equipamiento del hogar, un 3,2% respecto al mes anterior. En el Black Friday, son especialmente importantes los descuentos de dispositivos tecnológicos. En todo caso, también se redujeron las ventas en alimentación (0,2%), equipo personal (ropa, básicamente), un 0,8% y otros productos, un 1,6%.

Fuente: El País