El Banco de España ha dado este miércoles un toque de atención al Gobierno que se forme tras las próximas elecciones. El organismo supervisor ve esencial que las cuentas públicas estén preparadas ante un empeoramiento de la economía, y prevé que este año el agujero de las cuentas, el llamado déficit público, solo baje dos décimas, desde el 2,7% del PIB hasta el 2,5%. Y ello a pesar de tener uno de los mayores déficits de la Unión Europea y registrar crecimientos de la economía. La menor corrección del déficit se debe en parte a una menor inflación que impide que el déficit se diluya al ponerlo en comparación con el PIB. Pero también a los llamados viernes sociales del Ejecutivo de Pedro Sánchez.

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«Una por una las medidas no suponen grandes cantidades [de dinero]», ha señalado el director del servicio de estudios del banco, Óscar Arce, durante la presentación de sus proyecciones trimestrales. Sin embargo, según ha explicado, tomadas juntas suponen un empeoramiento de las cuentas. En total, teniendo también en cuenta el efecto de la inflación, el deterioro alcanza hasta una décima del PIB, unos 1.200 millones. Y ello pese a que está mejorando la recaudación y las fuertes subidas de cotizaciones aprobadas en esos mismos decretos.

«No tenemos sobre la mesa una estrategia de consolidación de las cuentas públicas que ayude a reducir esta vulnerabilidad «, ha afirmado Arce. Y ha añadido que en ese contexto la política fiscal adoptaría un tono claramente expansivo y procíclico en una fase ya de por sí de expansión. «Esto nos deja insatisfechos», ha concluido. El Banco de España se ha mostrado además sorprendido por el fuerte crecimiento del consumo público en el último trimestre de 2018.

En cuanto a la subida del salario mínimo, el Banco de España sostiene que todavía es muy pronto para conocer el impacto. Sin embargo, Arce ha explicado que los datos de los dos primeros meses no refutan la tesis del supervisor de que se perderán unos 125.000 empleos. Observan que sí está teniendo efecto en «los colectivos más vulnerables». 

La economía española resiste

Pese a al deterioro de la actividad global y sobre todo de la zona euro, la economía española mantiene «un notable dinamismo», asegura el Banco de España. En su informe trimestral publicado este miércoles, el organismo prevé que entre enero y marzo el PIB crezca un 0,6%, solo una décima por debajo del trimestre precedente.

«España no ha sido inmune a la perturbación exterior, que se ha manifestado en el tramo final del pasado año en una notable pérdida de vigor de las exportaciones», dice el documento. No obstante, el Banco de España considera que la demanda interna ha paliado este efecto. Hasta el punto de que no se ha producido una desaceleración como la experimentada en el resto de la UE. El consumo privado ha tirado gracias a la creación de empleo, la baja inflación, el descenso de la tasa de ahorro, el crédito al consumo y el impulso que los Presupuestos del Estado han inyectado en las rentas de los hogares, sobre todo en la segunda mitad de 2018 con las subidas de pensiones y sueldos de funcionarios.

El organismo que dirige Pablo Hernández de Cos cree que la fase expansiva se prolongará en los próximos años, con un crecimiento que irá a ritmos cada vez un poco más lentos: del 2,2% en 2019, el 1,9% en 2020 y el 1,7% en 2021. Estos supuestos descansan en que durante este año vayan desapareciendo las incertidumbres y mejore la demanda global en un contexto de políticas monetarias muy favorables. «La contribución negativa que actualmente presenta la demanda externa tendería a moderarse a lo largo del horizonte de proyección», dice. En cuanto al empleo, se prevé que haya una moderación de sus ritmos de crecimiento en línea con el PIB. Si bien en 2019 será algo peor por la destrucción de puestos de trabajo que conllevará la subida del salario mínimo. Con la población activa cayendo por la demografía, la tasa de paro se irá reduciendo hasta un 12% a finales de 2021.

No obstante, el Banco de España subraya que los riesgos van en aumento y podrían hacer empeorar estas perspectivas. Pese a que se espera que se resuelva la disputa comercial entre Estados Unidos y China, otras tensiones podrían aflorar. La marcha de la zona euro todavía podría ir a peor. Persiste la posibilidad de que haya un Brexit sin acuerdo. Y podría suceder que la respuesta de las autoridades chinas a su ralentización económica se demuestre insuficiente. En el ámbito doméstico, el supervisor recalca que en España continuarán las dudas sobre la orientación de la política económica hasta que se forme un nuevo Gobierno. En opinión del banco, el próximo Ejecutivo tendría que retomar la consolidación de las cuentas públicas y la adopción de reformas que fomenten el crecimiento potencial.

La coyuntura global

La ralentización que se inició en 2018 ha seguido manifestándose en 2019. Sin embargo, no está siendo igual para todos. Según el Banco de España, contrasta el peor comportamiento de la zona euro frente a una economía estadounidense que aguanta mejor. Continúan las dudas sobre China. Y lo cierto es que el comercio mundial se resiente en un escenario de incertidumbres, tensiones comerciales y riesgos crecientes.

En este contexto, los organismos internacionales han recortado a la baja las previsiones de crecimiento, destaca el supervisor. No obstante, hay diferencias sustanciales entre ellos: mientras que algunos consideran que se trata de algo transitorio, como ha sido hasta ahora el caso del Bundesbank, otros ven un carácter más persistente. Y ante los riesgos de deterioro las autoridades, con la Reserva Federal a la cabeza, han reaccionado.

La economía de la zona euro está más volcada con las exportaciones. Lo cual está haciendo que acuse mucho más el frenazo del comercio. El problema es que se ha visto que estas menores ventas al exterior ya se están traduciendo en una menor inversión, señala el Banco de España. No obstante, el BCE espera que haya un cierto rebote de la actividad en el segundo semestre del año. Aun así, el eurobanco ha tomado medidas para preservar el estímulo monetario, apunta el supervisor español.

Fuente: El País