El envejecimiento en el mundo occidental se ve en las proyecciones sobre el mercado laboral. Entre 2017 y 2030 se incorporarán al mercado laboral 25,6 millones de trabajadores jóvenes (de 15 a 29 años), según la Organización Internacional del Trabajo. Y la mayor parte procederá de África y Asia, el 86%. La organización dependiente de la ONU incluso va más allá: “Este aumento de la fuerza laboral juvenil será casi en exclusiva en África”, apunta el informe divulgado este lunes por la noche sobre las Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil.

Los cálculos de este documento señalan que este incremento de mano de obra llegará, exclusivamente, de los jóvenes menores de 25 años, que crecerán en 41,8 millones de personas. En cambio, los que se sitúan entre los 26 y los 29 años caerán en 16,32 millones.

Estas cifras de la OIT proceden de la parte del informe que se encarga de las proyecciones demográficas. En ellas se aprecia como, en consonancia con otros documentos, la población mundial envejece. Señala que el peso de la población de 15 a 24 años bajará del 16,2% al 15,2%. “Una población que envejece significa que las personas que trabajan deben mantener la pensión y la salud planes de atención para un número creciente de trabajadores jubilados. Será cada vez más importante expandir la participación de la fuerza laboral juvenil, especialmente para las mujeres, y promover una rápida transición de trabajo”, demanda la OIT.

Más paro juvenil

Otro de los pronósticos es que el paro juvenil aumentará el año que viene. Este año el desempleo entre los menores de 30 años se sitúa en el 13,1% y afecta a un total de 70,9 millones personas. Este último dato aumentaría en 200.000 trabajadores más en 2018.

Como recuerda la propia OIT, ambas cifras se sitúan lejos del techo que se marcó durante la crisis, cuando el desempleo juvenil llegó a afectar a 76,7 millones de jóvenes. La mejora en los últimos años habrá llegado por las mejoras registradas en los mercados laborales de Europa, Norteamérica y el África subsahariana. En cambio, entre 2010 y 2016 el paro entre este colectivo subió en las regiones África del Norte, América Latina y en los países árabes.

Fuente: El País