Edreams Odigeo, una de las mayores agencias de viajes online del mundo, ha anunciado esta mañana que trasladará su sede social desde Luxemburgo a España, «con el objetivo de lograr eficiencias organizativas y de costes». El nuevo centro de operaciones, sin embargo, no estará situado en Barcelona, donde la compañía dirige desde 2017 el negocio para la región de Países Nórdicos a traves de una de sus cuatro marcas (Travellink).

En la decisión de la compañía podría haber pesado la inestabilidad vivida en Cataluña en los dos últimos años y medio tras el referéndum ilegal de 2017, que provocó que más de 5.000 compañías cambiaran su sede social a otras autonomías, entre ellas algunas firmas muy arraigadas a Cataluña como Caixabank, Sabadell o Naturgy. La decisión de cambiar la sede social a España será propuesta en una junta de accionistas que se convocará en junio y tendrá lugar en septiembre.

La agencia de viajes también ha informado del nombramiento de Carmen Allo Pérez como consejera independiente y presidenta del comité de auditoría, tras la salida de Robert A. Gray del consejero de administración. Esta decisión también estará sujeta a aprobación en la próxima junta general de accionistas. Allo Pérez cuenta con gran experiencia en banca corporativa y de inversión y en la actualidad es presidenta del comité de auditoría de CAF, y anteriormente fue presidenta del comité de Auditoría de Natra. Ambos cargos los compagina con la docencia, ya que también ejerce como profesora en el Instituto de Empresa.

Ambos movimientos se producen en un contexto muy complejo, ya que la crisis del coronavirus ha provocado la desaparición del negocio en el sector turístico, con las restricciones para volar con el fin de evitar los contagios y el cierre de hoteles en todo el mundo. Un escenario que podría llevar a los fondos de capital riesgo Permira y Ardian, los dos mayores accionistas de la compañía, con un 29,6% y un 17,3% de la compañía, a replantearse una posible salida, tal y como sucedió a finales de 2017. En esa epoca, Edreams contrató a Morgan Stanley «para barajar varias opciones estratégicas con el objetivo de maximizar la creación de valor», tal y como comunicó a la CNMV. Las negociaciones no fructificaron y ambos socios reafirmaron en marzo de 2018 su voluntad de permanecer en el capital de la agencia de viajes online.

Una apuesta que no se ha visto refrendada por la evolución de la compañía en bolsa (cotiza desde 2014) ni por la evolución del negocio. Desde su estreno en el parqué a 11 euros en abril de 2014 se desplomó a 1,8 euros en tan solo seis meses y logró recuperarse lentamente hasta superar la cota de los 5 euros por acción en febrero de 2020, pese a que fueron los años de la recuperación de los flujos mundiales del turismo. El terremoto del coronavirus, al igual que le ha sucedido al resto de valores bursátiles ligados al turismo, ha desplomado el valor de sus acciones y le ha devuelto a un valor por debajo de dos euros.

El negocio tampoco ha acompañado. La firma ha ido arrastrando pérdidas y solo en los seis primeros meses de su ejercicio fiscal 2020 (de abril a septiembre de 2019) logró revertir la tendencia, logrando un beneficio de 11,5 millones de euros frente a las pérdidas de 16,9 millones registradas en el mismo periodo de 2018.

Fuente: Cinco Días