Duro Felguera

Duro Felguera presentó ayer a última hora de la tarde sus resultados correspondientes a 2017, en los que ha presentado unas pérdidas de 254,5 millones de euros, una cifra muy superior a las previsiones iniciales. Varias fuentes financieras, de hecho, estimaban la semana pasada que los números rojos estarían alrededor de los 200 millones de euros.

La compañía, que ha comunicado sus resultados fuera de plazo y tras varios requerimientos de la CNMV, explica que el ebitda (beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) ha sido negativo en 173 millones de euros. Como explicación a estos números rojos la compañía asegura que “si se ajustan las provisiones por litigios de 57 millones de euros y deterioro de deuda soberana de 46 millones de euros, el ebitda ajustado alcanza unas pérdidas de 70 millones de euros. Estos resultados, que han sido presentados sin la auditoría de EY, colocan a la firma en una drástica situación que solo se salvaría con una ampliación de capital, que ahora es completamente necesaria, ya que su patrimonio neto es negativo en 164,8 millones de euros en el grupo consolidado y de 181,1 millones en el individual. Esto significa que la compañía que preside Acacio Rodríguez está en quiebra y, por lo tanto, incurre en causa de disolución.

De ahí la urgencia de una inyección de capital que ahora tendría que situarse en el rango alto de lo que barjaba la banca, y que ascendía a 125 millones de euros, que iría acompañada de una refinanciación por parte de la banca acreedora entre los que destacan Santander y Sabadell, y que le permitirá reducir sus pérdidas. Fuentes financieras aseguran que, de momento, no se han encontrado a inversores que quieran entrar en el capital de Duro Felguera para llevar a cabo esta inyección de fondos, por lo que parce que cada vez se acerca más al concurso de acreedores, ya solicitado. Si no se encuentran inversores la banca no está dispuesta a llevar a cabo una quita para canjear su deuda en capital.

Las próximas horas son decisivas para la ingeniería asturiana. 

Fuente: Cinco Días