La ingeniería asturiana Duro Felguera acelera en el proceso de saneamiento (reinvención en algunos aspectos operativos) tras la entrada de nuevos accionistas y la reconfiguración de la cúpula directiva. La empresa que dirige José María Orihuela ha contratado a la especialista en estrategia de negocio AT Kearney, según fuentes del mercado de la consultoría, una vez que se decidió abrir el plan estratégico con apenas unos meses de vigencia. Se trata de adaptar enfoques y proyecciones a la realidad de una empresa que busca su salida definitiva de cuidados intensivos. En Duro Felguera eluden hacer comentarios al respecto.

Entre los objetivos figura recuperar terreno perdido en actividades en las que DF era referencia, especialmente en España, y explorar nuevas vías de actividad íntimamente relacionadas con la energía, con énfasis en el campo de las renovables. Pero la actualización se hace necesaria, sobre todo, a la vista de que 2018 fue un año más dedicado a la reestructuración de la compañía que a la contratación.

Ahora se revisan los mercados prioritarios; se van a imponer reglas de máxima precaución respecto a la exposición en solitario a grandes proyectos llave en mano (EPC), o se mirará con lupa el plan de eficiencia.

La ingeniería asturiana intenta acotar riesgos en grandes proyectos ‘llave en mano’ que anteriomente se planteaba en solitario

El asesor elegido, AT Kearney, tiene referencias tan variadas en España como la elaboración de los planes estratégicos de Correos y del puerto de Valencia; ayudó a la patronal de la construcción Seopan a identificar inversiones prioritarias en infraestructuras en todo el país, o se encargó de diseñar el modelo de gestión aeroportuaria de Aena en 2011, en la recta final del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

El nuevo reto es poner negro sobre blanco las estimaciones de negocio de Duro Felguera previsiblemente a tres años vista. Empresa y consultora se han fijado el objetivo de llegar a la próxima junta de accionistas con la hoja de ruta actualizada.

El plan 2018-2021, presentado en junio del año pasado, fue concebido sobre la base de unas ventas de 624 millones en 2017, con el 90% cosechado fuera de España. Casi siete de cada diez euros procedían de proyectos EPC, principalmente del diseño, construcción y puesta en marcha de plantas de energía. Otra parte importante de la cifra de negocio, con un 23% sobre el total, llegaba por la vía de servicios especializados como el mantenimiento de turbinas o el montaje de instalaciones.

Con una cartera de ingresos de poco más de 1.000 millones hasta 2020, cuyo margen era de 69 millones, la empresa se veía con posibilidades de contratar más de 1.000 millones de euros en obra nueva y servicios al año, y elevar considerablemente los márgenes de la misma. Los ingresos también debían situarse por encima de los 1.000 millones de euros ya en 2020.

Claves de negocio

Reformulación de resultados. Antes de dar a conocer la revisión de su estrategia, Duro Felguera trabaja en el análisis del impacto en la tesorería y cuentas de 2018 del resultado del arbitraje contra Samsung, en Singapur, por el proyecto Roy Hill. La empresa estima un efecto positivo en el patrimonio de 35 a 55 millones. La cifra final depende de compromisos con terceras partes en el proyecto.

Estabilizada. Con una deuda bruta de 106 millones, tesorería por 103 millones y una línea de avales disponible por 100 millones, la empresa se ha alejado del riesgo del concurso de acreedores. Ahora se trata de aumentar el ritmo de producción tras los últimos contratos con BP o Cepsa.

Fuente: Cinco Días