Duro Felguera se ha visto forzada a aclarar algunos puntos controvertidos de su reestructuración. Al cierre del mercado, la ingeniería asturiana ha enviado al regulador un documento en el que reconoce que planea ampliar capital por entre 100 y 125 millones de euros. Como resultado de esta operación reconoce que los accionistas actuales de la compañía podrían sufrir «una fuerte dilución». La compañía dice estar «en avanzado estado de negociación» para cerrar el acuerdo con los acreedores, que debe ser aprobado por la junta de accionistas y el consejo de administración.

Esta mañana la CNMV había decidido suspender la cotización de los títulos de la compañía, una vez que El Confidencial detallase este plan. Tras la publicación del documento vía hecho relevante, el regulador ha decidido levantar la suspensión.

El capital de Duro Felguera se lo reparten tres familias que tras la ampliación verán cómo su inversión se reduce prácticamente a cero. El principal accionista es Juan Gonzalo Álvarez Arroyo que controla más del 20% de los títulos. Después, los herederos de Ramiro Arias se quedan con un 10% y Carmen Ybarra un 5%. 

Antes de realizar la ampliación, y condicionada a ella, prevé realizar una operación de ajuste patrimonial, que fijará la deuda en el entorno de los 85 millones. Junto a ello recibirá una entrada de liquidez adicional de 25 millones y avales para nuevos proyectos por 100 millones. También prevé vender sus edificios en Madrid por unos 7 millones.

El objetivo de estas operaciones es volver a la situación de equilibrio patrimonial, roto en las cuentas de 2017. La empresa atribuye este impacto negativo en sus resultados a la deuda en Venezuela, la actualización de litigios, el deterioro de activos y los activos pro impuestos diferidos. La empresa ha vuelto a postergar la publicación de sus cuentas, donde los analistas esperan ver unas pérdidas de en torno a los 200 millones.

Fuente: Cinco Días