Bajo la denominación formal de Chicago Board Options Exchange Market Volatility Index, se esconde el termómetro que mide el nivel de miedo que hay en el mercado financiero: el VIX. Tras más de un lustro de bajas oscilaciones en el precio de los activos, la volatilidad ha regresado por todo lo alto en el arranque de 2018. Los inversores más veteranos habrán desempolvado de su memoria momentos de pánico precedentes, pero para los más noveles la situación es completamente nueva ya que solo han vivido una larga tendencia alcista. “¿Se ha despertado un gigante que estaba dormido?”, se preguntan desde AXA Investment Managers.

Los expertos consultados aconsejan a los ahorradores mantener la calma y no dejarse llevar por los vaivenes puntuales de las cotizaciones. “Tratamos de explicar a los clientes que la volatilidad no tiene por qué ser sinónimo de pánico. Es más, los movimientos bruscos en los precios pueden ser nuestro aliado ya que las recientes caídas han dejado oportunidades en un mercado que empezaba a estar algo caro”, señala Francisco Javier Velasco, analista de Andbank.

El repunte de la volatilidad es una llamada de atención que puede ser hasta positiva al mover al inversor de la zona de confort en la que llevaba largo tiempo instalado, donde la complacencia por la subida al unísono de casi todos los activos le había llevado a menospreciar en cierto sentido el perfil de riesgo de determinados activos. “Venimos de una larga etapa con una volatilidad excepcionalmente baja. Los mercados de renta variable iban conquistando máximos, lo que llevó a los inversores a perder el miedo y a menospreciar determinados riesgos”, asegura Velasco.

Italia: un nuevo foco de incertidumbre

Hay consenso al considerar la inflación como el factor que más puede contribuir a que la volatilidad se instale en el mercado. Si el IPC acelera, obligaría a los bancos centrales a acortar los plazos en la retirada de estímulos. Sin embargo, se ha abierto otro foco de incertidumbre para los activos financieros con el resultado de las elecciones legislativas en Italia.

“Si bien los partidos euroescépticos han obtenido buenos resultados, el riesgo de que se produzca la salida del euro es reducido”, dice Azad Zangana, economista sénior de Schroders. “El mayor peligro lo constituye el desvío de presupuestos, y puede que la reversión de las importantes reformas emprendidas en los últimos años”, añade. John J. Hardy, estratega de Saxo Bank, es en cambio más pesimista. “El resultado ha ido mucho más allá de los extremos adelantados por las encuestas y suponen una revuelta populista masiva, no solo para Italia, sino también para la UE”.

Cómo comportarse en un mercado más volátil

Natixis cree que el alza del VIX ha tenido un efecto parecido al vuelco “de un cubo de agua fría” en la cabeza de los inversores. En un informe reciente, David F. Laffety, estratega jefe de la gestora francesa, recuerda que en la vuelta de la volatilidad han jugado un papel relevante diferentes aspectos técnicos del mercado. Una buena parte de las salidas de dinero que hubo en el mercado, sobre todo a principios de febrero, parecen haber sido resultado de estrategias de seguimiento de tendencias propias de los hedge funds que usan algoritmos, ya que las señales del alza del precio a corto plazo se volvieron negativas, activando de forma automática las órdenes de venta. Las coberturas sobre ciertas posiciones de los creadores de mercado también contribuyeron. “Hay que tener en cuenta que cada vez más los activos se venden y se compran en función de la volatilidad y de la dirección que tome el mercado, relegando a un segundo plano las estrategias de inversión basadas en los fundamentales de las compañías”, reconoce Laffety.

Estos factores técnicos han ido corrigiéndose en las últimas semanas. Sin embargo, los expertos avisan que habrá que acostumbrarse a un mayor nivel de volatilidad en lo que resta de año. “El mundo todavía se está recuperando de la crisis financiera y de la época posterior de dinero fácil. A medida que los bancos centrales abandonen la política monetaria acomodaticia y eliminen la liquidez, los mercados tenderán a reaccionar en exceso”, advierte en una nota a clientes Stéphane Monier, jefe de inversiones de Lombard Odier. “Es una situación similar a la que se da cuando un padre quita los ruedines de la bicicleta de su hijo. Algunos tambaleos y tal vez alguna caída ocasional son inevitables. Pero, siguiendo con la analogía, lo importante para los inversores será evaluar el estado técnico de la bicicleta y usar la protección adecuada”, añade.

¿Y cómo está esa bicicleta tras las caídas? Pues el consenso de mercado señala que, a pesar del rebrote de la volatilidad, el mar de fondo para los inversores sigue siendo positivo porque hay un crecimiento económico global y sincronizado, tipos de interés aún bajos y beneficios empresariales sólidos. “Mantenemos nuestra recomendación de sobreponderar las acciones europeas, y añadimos la renta variable estadounidense tras las recientes caídas”, dicen en AXA Investment Managers.

En cualquier caso, el miedo es libre y habrá inversores que lleven peor una fase de mayores oscilaciones en el valor liquidativo de su cartera. “Lo más importante en este momento es tener una mayor diversificación y la mejor forma de hacerlo es a través de fondos de inversión”, señala Velasco. “Una forma de minimizar las pérdidas los clientes más conservadores es a través de fondos monetarios o de fondos de bonos flotantes ligados a la inflación”, concluye el experto de Andbank.

Fuente: El País