Las gasolineras van a ser más que eso. Aparte de vender los combustibles de siempre, hacen hueco a la electricidad y al gas natural, el mismo con el que se calientan las casas y el agua de la ducha. Cada vez más conductores se hacen con un vehículo híbrido propulsado por gas natural comprimido (GNC) y gasolina. Las cifras lo confirman. Durante el último año, las ventas de estos coches crecieron notablemente respecto al año anterior. Se vendieron 2.327 vehículos (1.230 de ellos turismos) más del doble de los 1.088 de 2016 (349 turismos), de acuerdo con la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) y Gas Natural Fenosa. Por el país circulaban a finales de 2017 8.471 vehículos de estas características.

Aunque incipiente (0,3% de todos los vehículos que circulan en España), las ventajas económicas y ecológicas explican este aumento. El coste por kilómetro en un vehículo de gas es un 30% menor respecto al que se alimenta de gasóleo y un 50% menos de media, que el que circula con gasolina, según la compañía energética.

El Seat Ibiza 1.0 TGI, uno de los últimos modelos lanzados al mercado, tiene un consumo medio homologado de 3,3 kg por cada 100 kilómetros en modo GNC. Con un precio medio de 0,975 euros por kilo, recorrer esa distancia requiere una inversión de 3,22 euros. Bastante menos que los 5,87 euros que necesita el Ibiza 1.0 TSI (consumo medio homologado, 4,7 litros de gasolina cada 100 kilómetros, considerando un precio medio de 1,25 euros por litro).

Para el mismo trayecto sobre su homólogo propulsado por gasóleo, el Ibiza Diesel 1.6 TDI (consumo medio homologado de 3,8 litros por cien kilómetros), habría que gastar 4,64 euros (con un coste medio de 1,22 euros el litro).

Cubrir el trayecto Madrid-Barcelona, con sus 620 kilómetros de distancia, costaría 19,96 euros en el híbrido, mientras que hacerlo con el equivalente en gasolina serían 36,39 euros y 28,77 con el diésel.

Ventajas ecológicas

El gas natural reduce las emisiones contaminantes respecto a los carburantes tradicionales. Su combustión libera un 23% menos de C02 a la atmósfera que la gasolina y hasta un 15% menos respecto al gasóleo, según datos de la Asociación Ibérica de Gas Natural para la Movilidad (GASNAM). También reduce un 85% las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) y en casi el 100% las peligrosas partículas en suspensión, en comparación con los combustibles fósiles derivados del petróleo, de acuerdo con Gas Natural Fenosa.

Estos vehículos, además, gozan de descuentos en el impuesto de matriculación, en las zonas de estacionamiento regulado, y cuentan con la etiqueta ECO, que otorga la Dirección General de Tráfico, y que les permite llegar al centro de las ciudades durante los periodos de restricción por contaminación.

Los fabricantes de camiones y autobuses ya comercializan modelos con esta tecnología que las empresas de transporte utilizan para trasladar mercancías por toda Europa y pasajeros por las ciudades: la mitad de los autobuses de Madrid y Barcelona funcionan a gas. También hay taxis híbridos y turismos.

Volkswagen, Seat, Skoda, Fiat y Audi disponen de híbridos de gas y gasolina para particulares. Su precio, algo más alto, se puede igualar con las ayudas del Estado como el Plan Movalt, que el pasado año otorgó 20 millones de euros para la adquisición de automóviles propulsados por combustibles alternativos. Un cuarto de las solicitudes fue para vehículos GNC.

Estos híbridos disponen de dos depósitos y dos sistemas de inyección, aunque el de gasolina solo se pone en funcionamiento cuando el gas se ha agotado. Gas Natural Fenosa, además, regala un bono de 200 euros en combustible con los que, según los consumos oficiales ofrecidos por la marca, permiten recorrer los primeros 6.000 kilómetros gratis.

Repostaje cómodo

La falta de puntos de recarga, o gasineras, es uno de los principales inconvenientes que el comprador encuentra a la hora de decidirse por un modelo híbrido gasolina-gas natural. Hace una década, en España, había un par de estaciones de recarga. Ahora existen 124 repartidas por todo el territorio. De ellas 57 son públicas y el resto pertenecen a empresas de transporte urbano de pasajeros y camiones de recogida de basuras. Para continuar esta tendencia ascendente, y animar a los compradores, Gas Natural Fenosa ampliará su red, que consta de 31 estaciones, hasta llegar al centenar. Su intención es invertir 18 millones de euros para crear puestos en Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia, Zaragoza, Sevilla, Málaga, Murcia, Alicante, Córdoba, Valladolid, Vigo, Gijón, A Coruña y Santander.

“Vamos a reforzar la red para que los conductores puedan moverse tanto por núcleos urbanos, como por rurales, situándolas cerca de las autopistas”, apunta David Alaminos, delegado de servicios de comercialización de Gas Natural Fenosa. Uno de los desafíos es integrar los puntos de recarga en las estaciones de servicio ya existentes. “Hemos percibido que cada vez hay más gasolineros interesados en incluir este combustible en sus establecimientos”, añade. Solo así más conductores apostarán por esta tecnología que ya es una realidad. Esta tecnología tiene la madurez suficiente para ser implantada”, asegura José Ramón Freire, de la Asociación Ibérica de Gas Natural para la Movilidad (GASNAM) y director de soluciones de movilidad en Gas Natural Fenosa. A estas se sumarán las estaciones que el proyecto Eco-Gate, un consorcio de 29 empresas, apoyado por la Comisión Europea, que instalará en España, Portugal, Francia y Alemania.

Esta noticia, patrocinada por Gas Natural Fenosa, ha sido elaborada por un colaborador de EL PAÍS.

Fuente: El País