Las mujeres siguen compitiendo en su carrera profesional con una mano a la espalda. Brecha salarial, techo de cristal, empleos precarios, largos periodos de inactividad por cuidado de hijos … Todos estos factores hacen que ellas tengan más difícil tener buenos sueldos.

Un informe del banco suizo UBS analiza con profusión cómo todos estos elementos determinan la capacidad que tienen las mujeres para ahorrar de cara a la jubilación. Generalmente, estos efectos se miden de forma aislada, pero cuando se suman todos ellos, se puede comprobar que las mujeres tienen mucho más difícil hacerse ricas.

Trayectorias desiguales

  • Techo de cristal. Las mujeres afrontan grandes dificultades para acceder a cargos de responsabilidad. Los puestos directivos son terreno vedado para hombres. Sucede en todos los sectores:la política, la judicatura, la Administración pública, las grandes compañías, la ciencia, los medios de comunicación… En España, por ejemplo, la mitad de los jueces y magistrados son ya mujeres, pero su peso en los órganos de gobierno judiciales y en las altas magistraturas es aún muy bajo (13% de juezas en el Tribunal Supremo).
  • Cuotas femeninas. Durante la última década se han aprobado varias normas que obligan a empresas y administraciones a tener una proporción mínima de mujeres en los puestos de responsabilidad. Aun así, hoy en día solo el 20% de los miembros de consejos de administración de compañías del Ibex 35 son mujeres. Pese a ello, ya hay dos empresas (Abertis y Banco Santander), que han logrado la paridad efectiva. Esta última, además, está presidida por una mujer, Ana Patricia Botín.
  • Estrategia financiera. La firma de asesoramiento Abante Asesores ha elaborado una guía sobre Mujeres y decisiones de inversión. Tras las encuestas realizadas ha comprobado que existen importantes diferencias entre hombres y mujeres a la hora de gestionar el patrimonio. “Hemos comprobado que las mujeres cada vez tenemos más claro cuál es nuestro proyecto vital pero, a la hora de tomar decisiones de inversión en situaciones difíciles muchas se sienten inseguras”, explica Gadea de la Viuda, directora general de la firma.
  • Pensiones más bajas. La brecha salarial, el trabajo precario y las carreras profesionales más accidentadas tienen importantes consecuencias al llegar el momento de calcular la pensión pública. En España, la pensión media que cobran los jubilados es de 1.240 euros al mes, mientras que las jubiladas cobran tan solo 740 euros al mes. Para tratar de cerrar esta diferencia, el Gobierno aprobó hace dos años un complemento en la pensión para aquellas mujeres trabajadoras que hubieran sido madres. El incremento llega al 15% de la pensión, para aquellas que hayan tenido más de tres hijos.


1. Brecha salarial

Las dificultades de las mujeres en el desarrollo profesional empiezan desde sus inicios. Aun teniendo un trabajo a jornada completa, su sueldo es entre un 10% y un 20% inferior al de los hombres. Las causas son diversas: dificultad para acceder a puestos directivos, menor propensión a estudiar ingenierías y otras carreras técnicas… Y también, pura y dura discriminación. Mujeres que desempeñan la misma tarea que sus compañeros y que cobran menos.

El informe de UBS, centrado en perfiles de clase alta, señala que una diferencia salarial del 10% a lo largo de la vida laboral provoca que un hombre acumule 800.000 euros más que una mujer cuando se jubila. Solo por este factor.

2. Baja por maternidad

Las mujeres interrumpen mucho más su carrera laboral por bajas de maternidad y excedencias para el cuidado de hijos y progenitores. En España, la baja por maternidad es de 16 semanas, mientras que el permiso de paternidad es de 15 días (está previsto que se suba a un mes). Además, las mujeres son quienes solicitan el 90% de las excedencias por cuidados de familiares.

Esta situación provoca que el sexo femenino tenga carreras profesionales con más interrupciones y atraviese fases en que ve reducido su nivel de ingresos. Este factor es indisoluble con la brecha laboral. Diversos estudios demuestran que, tras la reincorporación por bajas de maternidad, las mujeres sufren un parón en su proyección profesional.

De acuerdo con el informe de UBS Taking Action, la cuestión de la brecha salarial junto con la mayor dedicación a los cuidados de los hijos hace que, a los 85 años, una mujer haya podido acumular un 43% menos de riqueza que un hombre, partiendo de los mismos niveles de educación.

Además, aquellas mujeres que pierden su puesto de trabajo tienen mucho más difícil reincorporarse a la vida laboral. De acuerdo con un informe elaborado por el centro de estudios de economía aplicada (Fedea) la diferencia entre la inserción laboral de los hombres y las mujeres es de más de 20 puntos. Frente a esto, las mujeres sin hijos tienen la misma participación laboral que los hombres.

3. Tiempo parcial

Las mujeres no solamente suelen cobrar menos que los hombres (en trabajos a jornada completa) y tienen vidas laborales con más interrupciones. También tienen más trabajos a tiempo parcial y solicitan más reducciones de jornada.

De acuerdo con un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid, el 20% de las madres trabajadoras ha pedido alguna reducción de jornada para el cuidado de familiares. En los padres, solo el 2%.

Por otra parte, las mujeres también sufren con mayor intensidad el problema de la precariedad laboral. Así que, les cuesta más encontrar un empleo y es más probable que accedan al mercado laboral a través de un contrato a tiempo parcial. En 2017, el 63% de los contratos indefinidos que se firmaron en España emplearon a varones.

El mencionado estudio de UBS calcula que estos tres factores (brecha de género, mayor dedicación al cuidado de hijos y mayor precariedad) acaban provocando que a lo largo de la vida laboral los hombres puedan ahorrar el doble de lo que consiguen ahorrar las mujeres.

4. Esperanza de vida

Las mujeres viven por término medio seis años más que los hombres. Seis años donde suele haber importantes necesidades médicas y de cuidados. En España, la Seguridad Social y el sistema público de salud tratan de cubrir esta brecha, pero aquellas mujeres que quieren mantener su nivel de vida tras la jubilación tienen un desafío mayor que los hombres.

Además, las carreras de cotización más irregulares y con menores salarios provocan que las mujeres cobren menos pensiones que los hombres. En España, los jubilados cobran de media 1.240 euros al mes, mientras que las jubiladas tan solo perciben 740 euros de pensión pública.

De acuerdo con un informe de VidaCaixa sobre Impacto de las pensiones en la mujer, el riesgo de pobreza en las mujeres a partir de los 65 años es un 12% superior al que presentan los hombres.

5. Ahorro conservador

Un último factor destacado por UBS en las diferencias de género a la ahora de ahorrar se refiere al tipo de productos financieros que contratan las mujeres. La mayor aversión al riesgo provoca que inviertan menos que los hombres en Bolsa y recurran más a depósitos y cuentas con una baja remuneración.

El perfil inversor de los hombres hace que tengan más fácil conseguir que sus ahorros renten por encima del 3%, mientras que en las mujeres apenas se llega al 1%. Esta diferencia se nota con toda su crudeza durante la jubilación, cuando ellas tienen que afrontar más años de retiro, con menos recursos.

Fuente: El País