CIE Automotive quiere dar un salto en el volumen de sus operaciones corporativas. Como nació en la década de los noventa del siglo pasado a partir de Inssec para liderar un grupo de componentes de automoción que aglutinara a empresas familiares del sector, la cultura de integración de compañías está en su ADN.

Ahora ha llegado el momento de que las futuras participadas aporten un mayor peso específico al perímetro de la corporación, según la estrategia diseñada por Antón Pradera y Jesús María Herrera, presidente y consejero delegado de CIE, respectivamente.

Las próximas adquisiciones serán de empresas con una facturación anual de 500 a 1.000 millones. Desde la multinacional con sede en Bilbao no especifican cuáles serán los mercados más interesantes para realizar estas inversiones, pero en la mente de todos está el gran recorrido que ofrece Asia, donde una clase media emergente aumenta su capacidad de gasto, también en relación con la compra de automóviles.

En 2017 y a través de las nuevas filiales, CIE incrementó su plantilla en 2.488 trabajadores, más de la mitad del total del empleo generado el año pasado, que situó su plantilla en casi 31.000 profesionales. Estas cifras incluyen los datos de Dominion, que saldrá del perímetro de CIE a partir de julio próximo.

Con un apalancamiento bajo control y su alta generación de caja, el grupo tiene recursos para invertir

CIE aumentó su plantilla en México y Brasil en más de 1.100 trabajadores durante el año pasado

La compra más relevante fue la de Newcor, una empresa estadounidense con 571 trabajadores que aportó una facturación de 140 millones, por debajo del citado nivel mínimo de 500 millones que CIE buscará en cada nueva adquisición.

Antón Pradera comentó, en la junta de accionistas celebrada el mes pasado en Bilbao, que el grupo perseguirá un crecimiento no orgánico del negocio “con gran ambición”. Pero con prudencia, que es cultura de la casa y que consiste en “no volvernos locos con las compras”, según el presidente de CIE.

El balance está preparado para afrontar esas inversiones. La deuda financiera neta (DFN) representa 1,69 veces el Ebitda (beneficio bruto de explotación), muy lejos del límite impuesto por la propia CIE de no sobrepasar el ratio de 2,2 veces. En los dos últimos ejercicios, la DFN ha estado por encima de los 810 millones.

Jesús María Herrera y su equipo se han comprometido a rebajar para 2020 el peso del pasivo en el balance para situarlo entre 0,7 veces y 1 en esa relación entre la DFN y el Ebitda, y eso a pesar de la estrategia de compra de empresas, que requerirá de los preceptivos desembolsos en cada ocasión. La adquisición de Newcor en 2017, por ejemplo, costó unos 100 millones.

La clave para crecer por la vía inorgánica sin disparar la deuda es la alta capacidad de generación de caja de CIE. En 2017 contabilizó casi 300 millones de flujo operativo. De ellos, destinó unos 200 millones a la compra de empresas. Sin Dominion en el consolidado, ya que CIE ha repartido su 50,05 % en su antigua filial de tecnologías de la información entre los propios accionistas del fabricante de componentes de automoción, los ratios de generación de caja mejorarán, coinciden Antón Pradera y Jesús María Herrera.

Otra vía de financiación es la captación de fondos en los mercados

de capitales, donde CIE es de sobra conocido por analistas e inversores. Cotiza en Europa e India y estuvo en la bolsa de Brasil. Así que Pradera y Herrera alistarán a accionistas minoritarios en sus filiales, “nunca en la cabecera” del grupo, especifica el presidente de CIE.

Todas estas intenciones no pierden de vista que la actividad orgánica sigue siendo la base del negocio. En concreto, aportó en 2017 el 60 % de las ventas de casi 2.900 millones, que crecieron un 29 % en relación con 2016. Así que el grupo cuida su propia base industrial.

El año anterior invirtió 153 millones en nuevas instalaciones. Amplió capacidad en México y Rumanía y se reforzó en Brasil e India. Fruto de esas apuestas, incrementó su plantilla en los dos países americanos en más de 1.100 personas.

En el mercado azteca inauguró instalaciones en las localidades de Celaya y Puebla. Y con respecto al país carioca, donde CIE llegó a realizar 1.000 despidos cuando su particular crisis económica provocó un desplome de las matriculaciones, el grupo vasco creció un 41,6 % en 2017, muy por encima de la evolución de la industria brasileña de las cuatro ruedas, que fue del 26 %.

Esa es la tónica de la corporación de Bilbao, la de incrementar el negocio incluso por encima de los propios registros de los mercados en los que opera. Así, si el área Nafta sufrió un retroceso del 4 % en 2017, CIE superó esa situación con una evolución del 41,6 %. En Europa subió un 15 % (frente a alza del 3 % de este mercado) Situación aumentada en India. Un 45,2 % más de CIE (un 7 % el sector local). Y en China, otro de los referentes en Asia, la subida del fabricante vasco fue del 21,7 % (un 2 % más la industria del país comunista).

Y en todos esos mercado consigue rentabilidades de dos cifras. La más alta en el área Nafta, donde lleva a resultados finales el 21,4 % del Ebitda.

Con estos datos, Jesús María Herrera se comprometió en la junta de accionistas a revisar al alza los objetivos del plan que abarca el periodo 2016-2020. Prevé un crecimiento orgánico cuatro veces superior al del mercado de automoción. Y que el beneficio neto de 2020 alcanzará los 300 millones, multiplicando por 2,5 veces los resultados de 2015, lo que supondrá una mejora de 60 millones sobre la estimación inicial.

Desde hace años, el grupo destina la tercera parte de sus ganancias al reparto de dividendo. En 2018 ha habido una retribución extraordinaria a cuenta de la citada entrega de las acciones de Dominion, valoradas en más de 392 millones. La ecuación de canje ha sido de 0,65706 títulos de la compañía digital por cada acción del productor de componentes.

Por otro lado, el grupo sigue batiendo sus propios récords. En el primer trimestre ganó 66,1 millones, un 21 % más, con unas ventas de 1.046 millones, tras un incremento del 21 %.

Fruto de su internacionalización, CIE tiene su plantilla repartida por el mundo. Más de 6.200 empleados trabajan en Europa y África, otros 6.100 en Nafta, 3.500 en Brasil y casi 7.000 profesionales en Asia, principalmente en China e India.

Esa red fabril atiende a casi todas las marcas de automoción. A general Motors le suministra en Brasil, India y México. También es proveedor de Ford en el país carioca y de PSA en Francia, por citar algunas referencias.

Fuente: Cinco Días