La multinacional navarra Viscofan es de esas empresas previsibles, seguras, con poca deuda y que no suele dar sobresaltos a sus accionistas. Lidera el negocio mundial en la producción, fabricación y distribución de tripas y envolturas artificiales para la industria cárnica. Y sus cifras son contundentes: el pasado año cerró con un beneficio de 122 millones de euros y vendió por valor de 778 millones de euros. Pero a finales de octubre, al presentar sus resultados de los nueve primeros meses de 2018, hizo una advertencia (profit warning) sobre el deterioro de sus ingresos y beneficios. La empresa no quiso hacer declaraciones para este reportaje y se remitió a lo que dijo su presidente, José Domingo de Ampuero y Osma, en la nota de prensa: “La fortaleza del mercado observada en la primera mitad de año se ha visto ralentizada debido al descenso en los mercados emergentes, especialmente China y el sudeste asiático”.

Viscofan presentó una caída del beneficio neto a septiembre del 3,8% con una cifra de 88,7 millones de euros. Por su parte, los ingresos bajaron un 0,5% hasta los 557 millones de euros en el mismo periodo. Datos que hacían saltar las alarmas en la Bolsa a una empresa a la que los inversores suelen exigir tasas de crecimiento altas y supusieron un castigo del 19,55% en Bolsa en la sesión del 26 de octubre. Caída que en las siguientes jornadas se fue reduciendo en parte, aunque el valor acumula una pérdida del 4,8% en el año.

China pasa factura a Viscofan

La ralentización de Viscofan es atribuida por la propia empresa a la subida de los precios de sus productos como consecuencia del incremento de las materias primas y de la energía, una circunstancia que el mercado asiático no asumió tan bien como lo hicieron el europeo y el norteamericano, donde el negocio evolucionó tal y como estaba previsto. Según datos de la compañía, Europa y Asia representan el 56,7% del total de sus ingresos, que han crecido el 3,2% en los nueve primeros meses del año. Esta mejora de las ventas, sin embargo, se truncó en el tercer trimestre, en el que bajaron un 4,8%. Además del menor tirón asiático, la cuenta de resultados sufrió la evolución del tipo de cambio, en particular la debilidad del real brasileño y la depreciación del euro frente al dólar. Y es que los otros grandes mercados de la firma de tripas para carnes son Norteamérica, con el 28,9% de sus ingresos, y Latinoamérica, donde obtiene el 14,4% del total de su facturación.

La internacionalización de sus negocios, que ha sido el principal motor de la compañía, parece que ahora juega en su contra. Viscofan tiene centros de producción de envolturas en España, Alemania, Brasil, China, Estados Unidos, México, República Checa, Serbia y Uruguay que la llevan a estar presente en más de 100 países del mundo con 1.700 clientes. La firma emplea a 4.500 trabajadores en 16 países.

Los analistas de Banco Sabadell creen que la debilidad de Viscofan es algo transitorio: “El problema principal fue causado por subidas de precios a clientes en un movimiento que el resto de competidores no siguieron, robando cuota de mercado a Viscofan”. Y añaden: “Los competidores tienen una situación peor en términos de endeudamiento, así que lo natural sería que en los próximos trimestres estos rivales acaben por subir los precios para evitar profundizar en sus problemas de balance”.

Situación transitoria

Rafael Bonardell, analista de Intermoney pone nombre y apellidos a esta guerra entre Viscofan y sus homólogos asiáticos. “Se trata de las firmas Sheeeguan y Nippi, las que han intentado robar cuota de mercado a Viscofan y se han llevado a muchos clientes, al no subir los precios de sus productos”. Pero coinciden en que la peor situación financiera de estas firmas les obligará a subirlos sin tardar mucho. “Cuando vuelvan a subir el precio de sus productos, estos deterioros que ha sufrido Viscofan desaparecerán. La incógnita es saber en qué fechas se recuperarán los volúmenes de ingresos. Y esto se verá seguramente en el primer o segundo trimestre del año”, explica.

Bonardell destaca también la buena situación financiera de Viscofan, con una deuda neta de apenas 50 millones de euros. Un buen reflejo de la holgada posición de balance de la compañía es el reparto de dividendo que, dependiendo de la cotización de la acción, supone una rentabilidad en torno al 3% anual. El pasado mes de junio Viscofan repartió un dividendo de 0,92 euros por acción y en marzo dio un extraordinario de 0,13 euros.

Otro punto fuerte de la compañía, tal como explica Ana García, analista de Renta 4 Banco, es que ocupa una posición de liderazgo en su sector, siendo el único proveedor mundial que produce en las cuatro tecnologías (celulosa, colágeno, fibrosa y plástico). “Se está centrando en destinar más recursos al desarrollo de las familias de plástico y fibrosa, en las que tiene menores cuotas de mercado. Con este propósito ya ha llevado a cabo diversas acciones, como la puesta en marcha de las plantas de Cáseda (Navarra) o las compras de Vector (2016) y Supralon (2017)”. Todo ello pasa por un plan de inversiones previsto para este año de 75 millones de euros, comenta García. Según las estimaciones, la nueva planta de Cáseda que ya está operativa será otro revulsivo para Viscofan, ya que se prevé la reducción entre un 10% y un 15% de los costes operativos, lo que supondrá una mejora de márgenes para el conjunto del grupo.

Viscofan también muestra estabilidad accionarial, redundando así en su etiqueta de empresa previsible. El núcleo duro abarca un 24% de su capital. El principal accionista es Corporación Financiera Alba, el brazo inversor de la familia March, con el 11% del capital; seguida por el fondo APG Asset Management, con el 5,16%, y por Marathon AM, con el 4,928%. Los últimos movimientos se produjeron el pasado mes de marzo cuando se supo Norges Bank, el fondo soberano noruego (el mayor del mundo) comunicó que había adquirido el 3,23% de las acciones de la navarra.

Un sector pujante

Viscofan se caracteriza por ser una empresa ligada a la evolución del consumo y más concretamente de productos cárnicos, un negocio que tiene unos buenos visos de crecimiento en los próximos años. Sus principales catalizadores a nivel mundial, según explica la analista de Renta 4 Banco, Ana García, se encuentran en el incremento de la población mundial, liderado por Asia África y Latinoamérica.

Asimismo ayuda la previsión de aumento del PIB per cápita que, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), subirá a tasas del 4% anual hasta 2020. A ello se suma la creciente demanda mundial de carne del 2% anual que se concentra especialmente en los países emergentes.

Este aumento del consumo de carne viene acompañado por un desarrollo de los procesos productivos, cada vez más sofisticados, para los que se emplean las envolturas que, entre otras, fabrica Viscofan. Sobre el papel, Viscofan, como empresa líder del negocio, debería sacar partido de este escenario.

Fuente: El País