Antonio Garamendi ha sido elegido por aclamación nuevo presidente de la gran patronal CEOE. Ha sido el único candidato que se ha presentado a la asamblea electoral que se celebra este miércoles. Se cumplía así al guion previsto en los últimos meses, en los que Garamendi, el primer vasco que presidirá CEOE, se perfilaba como el único aspirante al puesto de Juan Rosell. 

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Solo ha habido un cambio sobre lo previsto. La asamblea electoral iba a elegir al nuevo presidente por votación en urna. Pero una vez constituida la mesa que dirige la asamblea, Juan Pablo Lázaro, presidente de la patronal madrileña CEIM, ha propuesto que se sustituyera este proceso por la aclamación a la vista de que no había ningún otro candidato.

Apoyo de la patronal madrileña

Es significativo que la propuesta haya partido de Lázaro. El empresario madrileño es alguien con mucha ascendencia en CEOE y durante meses se especuló con que disputaría el cargo a Garamendi.

«Espero que tengas muchos éxitos», ha deseado su predecesor, Juan Rosell en un discurso de despedida de perfil bajo. El dirigente catalán dejaba paso así a quien le disputó hace cuatro años el cargo, cuando consiguió la reelección por un estrecho margen en una agria pelea. En cambio, durante el último mandato, la convivencia entre ambos -Garamendi es presidente de Cepyme, la patronal de las pequeñas y medianas empresas, y, en consecuencia, vicepresidente de CEOE- ha sido pacífica. 

Rosell ha empleado sus últimas palabras como presidente de los empresarios para reivindicar su gestión. «No ha sido fácil. Veníamos de un grave deterioro reputacional», ha expuesto, en referencia a la época de Gerardo Díaz Ferrán, quien acabó en la cárcel después de dejar la dirección de la patronal.

Despedida de Rosell

«Antes se hacía una auditoría [de cuentas] ridícula», ha apuntado, reivindicando que dejaba en tesorería unos 21 millones de euros. «Hemos reducido la estructura a la mitad y hemos traído savia nueva», ha incidido. Ha resumido sus ocho años al frente de la patronal diciendo que, en su opinión ha tenido más éxitos internos que externos.

En su despedida, Rosell ha estado arropado por quienes ha sido durante casi toda su trayectoria al frente de CEOE  han sido sus contrapartes en las mesas de negociación de agentes sociales: los ex secretarios general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, y UGT, Cándido Méndez.

En esta ocasión, Rosell ha obviado críticas al Gobierno o alguna de sus reivindicaciones más históricas y sonoras (menos impuestos, más reformas laborales…). No obstante, no ha olvidado una de sus obsesiones más antiguas: la actitud de las administraciones y su burocracia. «No hemos encontrado unas administraciones muy cerradas, desde los ayuntamientos hasta Bruselas».

Fuente: El País