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Cabify, la plataforma online de transporte de viajeros, volverá a operar en Barcelona a partir de mañana. La compañía asegura que ha «adaptado» su servicio al nuevo decreto de la Generalitat, que limita su actividad. Sin embargo, solo aplica la restricción de pedir un coche con un mínimo de 15 minutos de antelación a la primera reserva que haga el cliente tras aceptar los nuevos términos y condiciones de la app. La compañía asegura que a partir de la segunda contratación podrá «disfrutar del servicio con la inmediatez de siempre». La forma de burlar el requisito del Gobierno es la formalización de un contrato de un año con el cliente —sin coste adicional y prorrogable antes de pedir el primer coche en esta nueva etapa.

El decreto de la Generalitat exige que los servicios de Transporte Concertado de Viajeros (VTC), ámbito en el que se enmarca Cabify, se precontraten al menos con 15 minutos de antelación para diferenciar esta actividad de la del taxi.  Sin embargo, la app ha invitado este miércoles a sus clientes a aceptar unas nuevas condiciones, que incluyen un contrato de «una duración de un año, prorrogable tácitamente por períodos anuales». Dicho contrato podrá ser interrumpido en cualquier momento a petición del cliente, desde la misma aplicación. La compañía Prestige&Limousine se compromete a prestar los servicios de VTC con unos términos de servicio adaptados a la legislación catalana. 

Cabify abandonó la ciudad el 31 de enero, en protesta por las restricciones aprobadas tras la larga huelga de taxis en la capital catalana. La compañía aseguró que ya no sería rentable operar en esa ciudad y junto a su competidor Uber, canceló su aplicación allí. «La empresa sale al rescate del sector y de los miles de puestos de trabajo generados por el mismo en Cataluña, con la adopción de un nuevo (y gravoso) modelo de negocio», ha explicado Cabify este miércoles en un comunicado. La empresa asegura que, para volver a operar en Barcelona, ha asumido «una serie de costes» con los que no está de acuerdo en el plano jurídico, pero que acepta para dar respuesta a la demanda de cerca de un millón de personas registradas en esta plataforma en Cataluña. La empresa empezará mañana con una flota de 300 coches, por lo que pide disculpas por avanzado de las demoras que puede generar una alta demanda.

La empresa confía en que el decreto sea declarado nulo, ya que fue convalidado en el Parlament la semana pasada pese a que el Consell de Garanties, un órgano consultivo de la cámara catalana, alertó de la inconstitucionalidad de algunas de las restricciones. «De lo contrario, Cabify volvería a verse forzada a plantearse su continuidad en Cataluña», asegura en el comunicado.

El decreto plantea varias limitaciones al servicio de empresas que operan con licencias VTC. La más importante es la obligación de que los servicios se precontraten con 15 minutos de antelación. Además, el decreto habilita a los Ayuntamientos y al Área Metropolitana de Barcelona (ente supramunicipal que engloba a Barcelona y a 35 municipios de su alrededor, y que preside la alcaldesa Ada Colau) puedan ampliar este margen. El AMB ya ha aprobado de forma inicial un reglamento propio que amplía a una hora los 15 minutos que establece el decreto.

Geolocalización limitada

Otra de las restricciones que Cabify acepta al volver a operar en Barcelona es el fin de la geolocalización. A partir de mañana, la plataforma no podrá mostrar a sus usuarios los coches que puede pedir, ya que la Generalitat entiende que poder escoger en un mapa el coche que está más cerca es lo mismo que pararlo en medio de la calle con la mano alzada, una forma de acceder al servicio que es exclusiva de los taxis. Sin embargo, los nuevos términos prevén que el usuario pueda identificar en la aplicación el punto de recogida y el punto de destino. Será luego cuando «la aplicación identificará al vehículo que pueda prestarlo de forma más eficiente».

El decreto también obliga a que los coches, una vez finalizado el servicio, vuelvan a la base o estén estacionados hasta que tengan un nuevo servicio. Todas estas medidas recogieron las exigencias de los taxistas, que durante una semana bloquearon la Gran Via de Barcelona y protestaron con movilizaciones en ocasiones violentas. 

La decisión de volver, según Cabify, «no implica la conformidad de la compañía con la nueva normativa de la Generalitat, que sigue considerando desproporcionada y contraria a Derecho». La compañía reclama una regulación amplia del sector. 

El sector del taxi ha celebrado que la vuelta de Cabify implique que aceptan las restricciones impuestas por la Generalitat. «Estaremos muy encima de que se cumpla la normativa, y si no, volveremos a las movilizaciones», ha avisado el portavoz de Élite Taxi, Alberto Tito Álvarez. 

Fuente: El País