El servicio de estudios de BBVA advierte de que la economía española podría perder por Cataluña entre 0,2 y 1,1 puntos de crecimiento en 2018, dependiendo del grado de incertidumbre que se genere, de cuánto tiempo se extienda ésta y de su contagio a otras regiones. O lo que es lo mismo, se podrían evaporar entre 2.000 y más de 12.000 millones de PIB. De hecho, en sus estimaciones publicadas este lunes, la entidad ya rebaja tres décimas sus previsiones de crecimiento para el año que viene debido a las tensiones políticas, del 2,8% al 2,5%. Para este año, también recorta el pronóstico del 3,3% al 3,1%, si bien estas dos décimas menos no se explican por Cataluña.

MÁS INFORMACIÓN

Con la información preliminar conocida hasta hoy, el responsable de Análisis Macroeconómico de BBVA Research, Rafael Domenech, ha destacado que el impacto sería moderado: entre 0,1 y 0,5 puntos. De ahí que hayan bajado su previsión de crecimiento para 2018 del 2,8% al 2,5%. Es decir, según la entidad que preside Francisco González, la crisis catalana ya está restando crecimiento del año que viene, aunque todavía solo se detectan unos niveles de incertidumbre relativamente contenidos. Para que se llegue a restar esa horquilla de hasta 12.000 millones, la incertidumbre debería prolongarse hasta finales de 2017. Y el impacto podría ser incluso por encima de los 12.000 millones si las tensiones continuasen durante el año que viene.

Respecto a este año, BBVA rebaja las perspectivas de crecimiento del 3,3% al 3,1% debido a que las exportaciones han decepcionado un poco y a que el consumo ha crecido ligeramente por debajo de lo esperado.

Hoy por hoy, BBVA no contempla en su horizonte de previsiones un escenario de recesión en Cataluña. Eso sí, el efecto será mayor que en el resto de España, ha señalado Domenech.

En su informe de situación de España publicado este lunes, la entidad subraya que «se ha producido un aumento de la volatilidad en algunas variables financieras, principalmente relacionado con el entorno político en Cataluña». Y sostiene que «existe el riesgo de que, a futuro, esta mayor tensión se traslade negativamente a las decisiones de gasto de consumidores y empresas». Esta incertidumbre se puede notar a nivel agregado más tarde, a través una menor confianza, un menor gasto y una mayor prima de riesgo, ha explicado el economista jefe de BBVA, Jorge Sicilia. «El coste de todo ello puede que no se vea hasta 2018 y tiene más posibilidades de que sea más que menos», ha concluido.

Los economistas del banco consideran que es muy complicado estimar el impacto de estas tensiones políticas, sobre todo porque se trata de un tipo de incertidumbre «de naturaleza muy distinta a la observada en el pasado». Además, presenta unos canales de contagio hacia otras regiones que son «únicos». Es decir, son difíciles de calibrar porque no hay ningún antecedente similar con el que de verdad se pueda comparar. «Podemos asumir que funcionaría igual que otros choques, y depende mucho de su duración», ha indicado Sicilia. Por otra parte, BBVA Research destaca que la inercia positiva de la economía española es muy fuerte y que puede haber elementos que compensen el efecto, como por ejemplo la actuación del BCE o la desviación del gasto hacia otras regiones de España.

Según han explicado los economistas de BBVA, hasta octubre los indicadores de confianza han sido fuertes. Y los datos de afiliación también han sido buenos. Por el contrario, la matriculación de automóviles y otras estadísticas sí que pueden estar mostrando ya algún impacto. Existe una incertidumbre importante e iremos ajustando mejor cuáles pueden ser las repercusiones conforme pase el tiempo, han comentado.

Fuente: El País