El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, confirmó hoy que el banco ganará 1.300 millones de euros en el año 2020 y repartirá hasta entonces 2.500 millones en dividendos tal y como estableció en su plan estratégico, aun cuando fiaba parte de la evolución del resultado a una subida de tipos que el Banco Central Europeo (BCE) está retrasando.

A la pregunta de si esa demora forzará un cambio en los objetivos, el banquero fue taxativo: «La respuesta es no, porque queda mucho partido y no nos parece adecuado ni externa ni internamente» plantearlo.

A renglón seguido añadió que en lo que depende de Bankia la actividad comercial y los resultados están evolucionando además mejor de lo esperado, aunque no pueda gestionar los factores exógenos como es la subida de tipos.

«Al nuevo Gobierno, si podemos enviar una carta de los Reyes Magos,  le pedimos dos cosas»: que se «comporte de la forma tan exquisita de  evitar la injerencia política» y que avance en la salida del Estado del  capital, expresó el banquero en un encuentro informativo previo a la  celebración de la Junta de Accionistas que tendrá lugar mañana en Valencia.

Goirigolzarri, que siempre ha defendido que no ha sufrido interferencias  con los gobiernos alternativos del PP y PSOE, justificó la oportunidad  de mantener el «mandato claro» de «desarrollar un proyecto independiente»  porque así se preservará el objetivo de «construir valor para los  accionistas». Es, defendió, «la mejor manera» de recuperar el máximo posible de ayudas inyectadas en Bankia para el contribuyente.

«Que Bankia vuelva al sector privado es una buena decisión política  para el ciudadano español» para la consecución de esa prioridad, evitando  «cualquier tentación de utilizar Bankia con injerencias como una banca  pública», defendió, apuntando a renglón seguido su convicción de que comparten esta visión «los grandes partidos políticos».

A diferencia del PP y del PSOE, Podemos sí ha defendido evitar la  salida del Estado y convertir la entidad en un banco público. El Estado, propietario del 61,4% de Bankia, tiene hasta finales de 2021 para completar su desinversión después de que el Ejecutivo haya ampliado por segunda vez el plazo. 

Goirigolzarri reconoció que ahora no es el mejor momento para avanzar  en la salida, que el Frob inició en 2014 con la venta de un paquete de  acciones y al que sumó otra desinversión en 2017, por el castigo que  sufren la entidad y los valores bancarios en bolsa.

«Si preguntas si es el buen momento para privatizar Bankia, la respuesta  es no, porque el sector financiero está siendo penalizado», reconoció  el banquero, que atribuyó las bajas valoraciones al retraso en la subida  de tipos por parte del Banco Central Europeo (BCE) y mostró su convicción  en que la situación cambiará cuando cambie el sesgo de la política monetaria.

Fuente: Cinco Días