La subasta convocada por el Ministerio de Agricultura, que ha pagado 46,9 céntimos el litro por una partida de 40 millones, ha sorprendido a los agricultores. En medios ganaderos, concretamente en el sindicato Unións Agrarias, sorprende que la propia Administración haya adquirido leche un precio que se podía considerar como de “venta a pérdidas” porque está lejos de las cifras mínimas que en su día se consideraban como necesarias para mantener la rentabilidad de las explotaciones. Otras ofertas finalistas tenían precios ligeramente superiores, pero sin llegar a ese techo de sostenibilidad que se estima en un precio a la distribución no inferior a los 55 céntimos por litro. Hay que recordar que el sector lácteo registraba hace un año una grave crisis con unos precios medios por debajo de los 30 céntimos litro y que en algunos casos llegaron a situarse a poco más de 20 céntimos, consecuencia de los excedentes.

Subasta a la baja

Hoy, las cotizaciones en origen han registrado un incremento hasta una media de 33 céntimos litro, una cifra ya en los límites de la rentabilidad, aunque lejos de los 37 céntimos que se pagan de media en el conjunto de la Unión Europea.

Para paliar la situación, desde el Ministerio de Agricultura se promovieron diferentes actuaciones ante las industrias y la gran distribución para que se comprometieran a pagar por la leche un precio sostenible, sin proponer una cifra fija para garantizar la competencia. Esa iniciativa hizo que las cotizaciones se recuperasen. Por este motivo, sorprende que el propio Ministerio haya comprado a un precio que podría objeto de una reclamación ante la Agencia de Información y Control de la Cadena Alimentaria.

En Unións Agrarias no dudan que la Administración, según los pliegos de la subasta, haya tenido que hacer esa adjudicación a la oferta más baja, al margen de la nacionalidad de la empresa o del origen de la leche. Sin embargo, se estima que estos procedimientos deberían contemplar algún tipo de cláusula que recoja los costes mínimos de producción con los datos que tiene el propio Ministerio de Agricultura.

Fuente: El País