El grupo de alimentación Ybarra ha anunciado la compra de Musa, la empresa de mayonesas y salsas con sede en Alcolea (Córdoba) y donde ha mantenido la producción de la compañía tras el incendio que arrasó su principal planta en julio de 2016. La nueva factoría abrirá en enero tras una inversión de 42 millones de euros.
La compra de Musa cierra un periodo en el que Ybarra ha conseguido hacer de la adversidad del fuego una oportunidad. La planta cordobesa acogió la producción del grupo sevillano mientras se construía la planta que sustituirá la siniestrada hace dos veranos.
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A los 35 millones cobrados de las aseguradoras, Ybarra ha sumado otros siete millones financiados por Santander, Caixabank y BBVA para rehacer una factoría con la que prevé aumentar la producción un 20%. Las instalaciones, según informó la empresa, cuenta con una superficie de 35.000 metros cuadrados y 15 líneas de producción de mayonesa, salsas y aceite de oliva.
La nueva planta arrancará el año ya en funcionamiento. Durante este tiempo, la producción se ha trasladado a Córdoba, a la planta de la compañía que acaba de comprar Ybarra.
Musa pasó a formar parte de Dcoop, la principal cooperativa aceitera andaluza, en 2012, pero la segunda entidad accedió finalmente al 100% de la empresa familiar cordobesa mediante una ampliación de capital. Ybarra asume ahora la compañía, lo que convierte al grupo en el principal comercializador de salsas de Andalucía.
El fuego del verano de 2016 acabó con tres cuartas partes de las reservas de salsas y mayonesas con las que contaba Ybarra, lo que llegó a dejar «los lineales vacíos» durante varias semanas, aunque desde que se recuperó el suministro se ha detectado un aumento de las ventas. El grupo confía en cerrar el ejercicio con una facturación de aproximadamente 200 millones de euros.
La nueva planta, que acogerá a los primeros empleados a final de diciembre, será la más moderna del sector y primará la forma tradicional de producción para mantener la fidelidad de los clientes. En la factoría trabajarán las 175 personas que ya lo hacían en la fábrica incendiada y cuyos empleos no se han visto afectados durante el pasado año y medio gracias al acuerdo de traslado de la producción, que contó con el apoyo de la plantilla desde el primer momento.
Ybarra se convierte así en otro ejemplo de resurgir de factorías tras un incendio. Sucedió lo mismo con la planta de Campofrío en Burgos, afectada también por el fuego y reabierta en mejores condiciones que las existentes antes del siniestro.
Fuente: El País