Su visión de la situación actual del mercado es relativamente optimista, en la creencia de que incertidumbres políticas como el Brexit o la relación comercial entre EE UU y China terminarán por resolverse del lado del inversor y en defensa de la frágil situación de la economía global. Pese a los numerosos frentes abiertos para la inversión en fondos, Xavier Fàbregas, director de la gestora de Caja de Ingenieros, mantiene firme su apuesta por la filosofía de inversión a largo plazo y por reforzar dentro de la casa la inversión socialmente responsable, de la que la entidad es pionera en España. El responsable de la gestora, que mueve un patrimonio de 565 millones de euros, insiste además en el atractivo de los fondos mixtos, un vehículo capaz de ofrecer al cliente la diversificación necesaria para afrontar el momento actual.

¿Cómo han afrontado el inicio de año después del mal balance que dejó 2018?

Antes del final del año pasado teníamos unos niveles de liquidez algo holgados. Durante el mes de diciembre y principios de este año, nuestros gestores aprovecharon para tomar posiciones donde tenían más convicción. Es muy difícil ver nuestras carteras desinvertidas. En general, nuestros fondos a nivel de flujos son muy consistentes. Tenemos unos partícipes que son muy a largo plazo y eso es muy positivo para la gestión del fondo. Para nosotros es importante la estrategia buy and hold. Hasta que no se demuestre lo contrario y no nos presenten un algoritmo infalible, seguimos creyendo que es la mejor estrategia. Tener una visión a largo plazo y convicción en las compañías en las que inviertes.

¿Pero qué alternativa ofrecen al inversor conservador, que sufrió mucho el pasado año?

En este tipo de perfiles lo que hay que explicar mejor son las finanzas del comportamiento, mantener la calma. Y que en un entorno de tipos negativos, es complicado generar valor. Las soluciones pasan por rentabilidades ligeramente positivas en el mejor de los casos y siempre y cuando haya comisiones bajas. Casi es más importante el precio del vehículo que el propio activo. La expectativa de rentabilidad es la que es, poco más se puede hacer. En nuestro caso, este año nos vencen los últimos dos garantizados, que no se van a renovar. No generan valor para nuestros partícipes.

La Bolsa sube en el año pero sin convicción. Y tras la reunión del BCE, este mes queda por ver qué pasa con el Brexit y el acuerdo entre China y EE UU…

Somos relativamente optimistas. Los políticos también son conscientes de que el sentimiento se puede deteriorar, al final los mercados pueden llegar a condicionar las decisiones políticas. En ese sentido, van a ser listos porque son conscientes de que estamos en una recuperación frágil y hay que apoyarla. No imagino un escenario donde no haya un Brexit acordado, un acuerdo comercial definitivo entre EE UU y China o no haya por ejemplo en Europa políticas encaminadas a reforzar esa recuperación. Hay una recuperación frágil que en ningún caso, y lo hemos visto también en la Fed, se quiere poner en peligro.

«El partícipe tiene que percibir la sostenibilidad como cuestión de interés propio, de dónde va y qué se hace con él”

¿Y el panorama político en España? ¿Cree que puede influir en el mercado?

Creemos que vamos a seguir en el mismo tono, la actualidad política no ha influido hasta la fecha y apostamos por que eso se repita en los próximos meses. La deuda soberana va a gozar del beneplácito del mercado.

La gestora que dirige ha hecho una apuesta pionera por la inversión responsable. ¿Cree que hay una suerte de moda oportunista por este tipo de inversión ante la inestabilidad del mercado?

El debate no es tanto apostar por la sostenibilidad porque los retornos del mercado sean bajos, no es así. El partícipe tiene que percibir la sostenibilidad como una cuestión de interés propio, a dónde va su dinero, qué se hace con él. Es lo que da sentido a este tipo de inversión. Una gestora como la nuestra, que se declara independiente y responsable, no tiene otra opción que apostar por este tipo de compañías, que tienen en su ADN la convicción de cambiar. Por ejemplo, la huella de carbono de nuestro fondo CI Environment –un mixto internacional que renta el 7,55% en el año– es de 48, según las compañías en las que invierte, mientras que la misma métrica del MSCI World es de 198. 

¿Van a reforzar su oferta de fondos de inversión sostenible?

Quizá hagamos uno nuevo en el corto plazo. Tenemos mucha sensibilidad hacia ese tema y queremos apoyar esa demanda. Como grupo financiero, tenemos una apuesta clarísima por los fondos, sin necesidad de tener una gama muy extensa. Nuestro mixto de renta fija tiene desde el año 1992, cuando se lanzó, una rentabilidad anualizada del 3% después de comisiones. Un único fondo mixto que tenga una parte de crédito, una de deuda, de renta variable, divisas, si está bien gestionado en sí mismo ya es una excelente cartera. No hay necesidad de hacer una cartera de distintos fondos para llegar al mismo fin, ya lo tiene el fondo mixto. Son un excelente instrumento de diversificación, a través de un único vehículo.

Fuente: El País