La solidez del dato en Estados Unidos sentó mal Wall Street, que sufrió la peor jornada desde el Brexit por el temor a que lleve a un alza más agresiva de los tipos de interés. El año arrancó acelerando el ritmo de contratación, al registrar 200.000 nuevos ocupados. La tasa de paro, entre tanto, se mantiene por cuarto mes consecutivo en el 4,1%, el nivel más bajo en 17 años. El buen dato se refuerza con un repunte de tres décimas en los salarios, un doble argumento para que la Reserva Federal suba los tipos de interés en marzo, la primera de Jerome Powell en la presidencia.

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La primera lectura del indicador es mejor de lo que esperaba el consenso de mercado y provocó que el tipo de los bonos del Tesoro a 10 años se colocara por encima del 2,8%. La respuesta en los mercados fue negativa, porque se teme que el banco central de EE UU se vea forzado a subir los tipos de interés con más agresidad. El Dow Jones perdió el nivel de los 26.000 puntos, tras dejarse cerca de 665 puntos al cierre de la sesión al caer un 2,5%.

El indicador de enero sirve para cerrar el primer año de mandado completo en la presidencia de Donald Trump, en el que se crearon más de 2,1 millones de empleos. El republicano, sin embargo, habló en el discurso sobre el estado de la Unión de más de 2,4 millones porque toma como referencia el día de las elecciones, que incluyen los últimos meses de Barack Obama. También se apuntó como mérito que el paro en la comunidad afroamericana estuviera a mínimos históricos. Pero en enero repuntó del 6,8% al 7,7%, el mayor incremento en 12 años. Es más del doble que entre los blancos. Para los hispanos se mantiene en el 5%.

EE UU lleva 88 meses creando empleo de forma continuada. Enero es también el primero en el que empezó a aplicarse la reforma fiscal. Las grandes corporaciones hicieron en las últimas semanas anuncios sobre contrataciones e incrementos de sueldos gracias a la rebaja en el impuesto de sociedades. Sus efectos se notarán hasta más entrado el año y no será una sorpresa que se modere en la contratación, por factores demográficos.

La tasa de paro actual se considera próxima al pleno empleo y las empresas, a su vez, están teniendo dificultad para cubrir las plazas de empleo vacantes porque no encuentran a candidatos debidamente cualificados. La tasa de participación laboral está en el 62,7%, la más baja en cuatro décadas. Esta situación, sin embargo, ya está provocando un incremento en los salarios y puede elevar al mismo tiempo la presión sobre la inflación.

El alza en los sueldo en enero es la más alta desde la recesión. La Fed decidió el pasado miércoles dejar los tipos de interés estables en una banda entre el 1,25% y el 1,5%. El comunicado final indicaba que la economía crece con solidez y anticipaba que la inflación volverá a medio plazo al nivel del 2%. Los riesgos, añadía, están equilibrados. Se dejaba así la puerta completamente abierta para subir de nuevos los tipos de interés en la reunión de marzo.

John Williams, presidente de la Reserva Federal de San Francisco, intentó calmar los ánimos en Wall Street. Insiste que no habrá cambio en el plan de retirada gradual de los estímulos monetarios, porque considera que subir los tipos demasiado rápido puede hacer descarrilar la expansión. «Es lo último que quiero que pase», insistió a la vista de un desplome en puntos que no se veía desde la crisis financiera y en portcentaje desde el Brexit. Cualquier movimiento en falso puede provocar una corrección.

Se esperan tres alza este año, pero podrían ser cuatro. Las últimas proyecciones de la Fed publicadas en diciembre anticipan que el paro caerá al 3,9% hacia final del año en curso. Las pagas a los empleados, además, pueden subir más en los próximos meses porque en muchos estados entraron en enero vigor los nuevos mínimos para los salarios. Los datos del Departamento de Empleo no incluyente incrementos temporales, como las pagas extras.

Fuente: El País