El primer sindicato del país, Comisiones Obreras (CC OO), apostó en junio pasado por el cambio generacional. Su XI Congreso Confederal eligió a Unai Sordo (Baracaldo, Vizcaya, 1972) para ocupar sus secretaría general hasta 2021. Pero además de aportar regeneración al panorama sindical, Sordo tiene una tarea mucho más difícil:intentar recuperar una presencia del sindicato en las empresas laminada por la crisis y por el desprestigio de las principales centrales. Antes de dar el salto al Madrid, el nuevo líder de CC OO lideró el sindicato en el País Vasco, donde se ganó el respeto como buen negociador. Ahora, al otro lado de la mesa tiene a la ministra de Empleo, Fátima Báñez, con quien negocia una reforma de la contratación temporal.

¿Qué les ha propuesto el Gobierno para frenar el abuso de la temporalidad?

Varias medidas no especialmente bien definidas todavía. Echamos en falta una parte de análisis mucho más estructural de cual es el problema de la contratación en España, que no es otro que su utilización sistemática como forma de gestión de las necesidades de flexibilidad en las empresas. Eso es un error enorme. Debemos desincentivar de uso de la contratación temporal y buscar fórmulas alternativas en las empresas que hagan que el despido sea el último recurso cuando hay problemas de demanda o de ciclo económico. Hay que prepararse para la próxima crisis del empleo.

¿Y cuál sería esa fórmula para desincentivar la contratación temporal?

No hay una única fórmula. Y seguramente no sea la misma para una gran empresa industrial que para una pyme. Tendríamos que buscar un modelo alternativo de flexibilidad que no sea la temporalidad. Por ejemplo, para hacer que el despido sea el último recuso en una crisis, se podría recuperar un sistema de reducciones de jornada o suspensión temporal de empleo, en el que se compensen los salarios recortados o en suspenso de estos trabajadores con una prestación pública, como existe en Alemania. Eso podría ser una salida razonable pensando ya en la próxima crisis de empleo cuando aún no hemos salido de la anterior. Además, esto tiene que ir acompañado de un desincentivo mucho más radical del uso de la contratación temporal. De lo contrario, la inercia y la cultura empresarial de este país va a hacer que se siga usando de forma sistemática.

¿Qué desincentivo radical propone CCOO?

Lo primero es no descausalizar el contrato; porque parte de lo que está pergeñando el Gobierno en esta negociación apunta a dicha descausalización. Esto es, que hacer un contrato temporal no tenga que responder a una necesidad eventual de la actividad, sino que el empresario lo pueda hacerlo sin causa alguna. Y luego hay que incrementar sus costes, bien por la vía de la cotización a la Seguridad Social o por la vía de las indemnizaciones al término del contrato eventual, de forma que se desincentive su uso.

El contrato temporal de indemnización creciente que proponen el Gobierno y Ciudadanos incrementa dicha indemnización ¿podría valer como desincentivo?

El problema con ese contrato es que en España el 90% de los temporales dura menos de un año. Así que incrementar la indemnización actual (12 días por año trabajado) solo a partir del segundo año de contrato, en la práctica, es como no hacer nada.

Entonces ¿CC OO defiende elevar la indemnización de los temporales a 20 días ya el primer año y no a partir del tercer año, como propone Empleo?

Claro, la indemnización de los temporales tiene que subir. Además existen ya sentencias europeas que piden la equiparación entre las indemnizaciones de los contratos temporales y los indefinidos. Ahí hay margen para mejorar esas indemnizaciones al término del contrato.

¿Podría CCOOaceptar una descausalización del contrato temporal a cambio de elevar su indemnización?

Si el contrato temporal deja de responder a una causa, y el Gobierno quiere descausalizarlo, CC OO no está por la labor de suscribir un acuerdo en esos términos. Subir la indemnización a fin de contrato a partir del segundo y tercer año no tendrá efecto desincentivador en la práctica totalidad de los temporales, que duran menos de un año. Pero, por el contrario, eliminar las causas sí fomentaría que se hicieran muchos más contratos temporales y podríamos superar otra vez la tasa de temporalidad del 30%. En los próximos días veremos si el Gobierno tiene verdadera voluntad de negociar o solo quiere consultar a los sindicatos.

Precisamente, Fátima Báñez les prometió cambiar el procedimiento de consulta para subir el salario mínimo, por un proceso de negociación ¿ha empezado?

El Gobierno nos ha dicho que quiere escuchar nuestra propuesta y que comparte nuestra idea de que hay que subir el salario mínimo. ¿Cuánto? Aún no sabemos. Este salario se debe acercar al 60% de la mediana salarial; que esté más cerca de los 900 euros. Queremos que ocurra lo que teme la patronal: que la subida del salario mínimo tire al alza del resto de los salarios mínimos de los convenios colectivos. España necesita esa rigidez en los salarios mínimos.

Los sindicatos no lograron firmar con la patronal un pacto de salarios para 2017; los salarios de convenio suben un 1,4% ¿qué hicieron mal en esa negociación?

Las subidas salariales medias tienen que ver con la actitud cicatera de las empresas, que siguen aprovechando la crisis;con la alta tasa de paro;la precariedad del empleo y las ventajas negociadoras que les dio la reforma laboral. La ultraactividad eliminada en dicha reforma está condicionando a la baja la capacidad de la negociación colectiva. Pero la devaluación salarial no se produce en los convenios, donde salvamos la cara, sino en los sectores donde no hay presencia sindical, o no tenemos fuerza porque la reforma laboral nos la ha arrebatadora. A esto se une que los nuevos puestos tienen salarios mucho más bajos que antes de la crisis. Y no es cierto que no se deban subir los salarios para ganar competitividad y cuota de mercado exterior:los sectores exportadores son los que han devaluado menos los sueldos. Para 2018 la firma de pacto de convenios se presenta difícil pero sería muy conveniente.

Los agentes sociales también están negociando con el Gobierno una reforma de pensiones para hacer viable el sistema…

Tiene pinta de que ahora no hay mimbres para hacer una reforma potente de pensiones. Es verdad que los trabajos del Pacto de Toledo están muy condicionados por la coyuntura política; y que sin tener concretadas las recomendaciones todo se bloquea un poco más. Sería posible abrir un espacio de mejora de la estructura de ingresos del sistema con medidas relacionadas con el salario mínimo, el destope de las bases máximas, o el pago con impuestos de los gastos de gestión o de las pensiones menos contributivas. Pero esto no es suficiente; si el factor de sostenibilidad y el de revalorización no se modifican provocarán una caída muy pronunciada de la pensión media en los próximos años. Para evitar eso, hay quien propone el sistema de cuentas nocionales individuales, pero CCOO nunca defenderá ese modelo.

¿Qué cree usted que pasará si el 22 de diciembre la composición del Parlamento catalán es la misma que ahora?

Aunque el dibujo sea similar habrá que mirar las tendencias, que seguramente no serán las mimas;y esas tendencias determinarán por dónde habrá que tirar las políticas.

Fuente: El País