El informe fue encargado por Fomento para dar respuesta a una serie de circunstancias: el accidente del viaducto de Génova; las numerosas riadas del otoño que causaron importantes destrozos en las infraestructuras de competencia estatal; la existencia de dos comisiones de investigación en el Congreso, sobre los accidentes de Spanair de 2008 (aéreo) y de Angrois de 2013 (ferroviario); el cuestionamiento en el ámbito europeo al sistema de seguridad ferroviario español y los nuevos retos de ciberseguridad, seguridad contra actos ilícitos y cambio climático.

El documento recoge una propuesta de cambio del marco jurídico de las agencias de seguridad aérea y ferroviaria, para adaptarse a las exigencias europeas y dar una respuesta adecuada a los retos de seguridad del sector. La Comisión Europea anunció el pasado 24 de enero la apertura de un procedimiento formal de infracción a España por no cumplir con las directivas comunitarias en materia de seguridad ferroviaria. Aunque el Ejecutivo comunitario no pone en duda que el sistema sea seguro, considera que los métodos de trabajo de los organismos públicos que se ocupan tanto la inspección de los accidentes.

MÁS INFORMACIÓN

Como respuesta, Fomento propone que la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) y la Comisión Permanente de Investigación de accidentes e incidentes marítimos (CIAIM) se integren en una única autoridad administrativa independiente que asuma la investigación técnica de accidentes en todos los modos de transporte. Tanto los fondos como los funcionarios de las tres comisiones actuales pasarán a depender de esta autoridad.

En el ámbito de la seguridad nacional, el informe contempla la creación de la figura de coordinador de políticas de ciberseguridad e infraestructuras críticas, aquellas cuyo funcionamiento es indispensable y no permite soluciones alternativas, por lo que su perturbación o destrucción tendría un grave impacto sobre los servicios esenciales.

En control aéreo, reconoce que la seguridad es primordial al superarse los dos millones de vuelos al año y por ello, pide mejoras en la modernización tecnológica, la meteorología adversa y profundizar en el enfoque preventivo tanto de la fauna como de los drones. En aeropuertos, se propone realizar auditorías periódicas del estado de pavimentos y del balizamiento del campo de vuelo y la estandarización de los servicios de mantenimiento.

Red ferroviaria

En la red ferroviaria se detectan como áreas de mejora, la auscultación de la red para determinar su nivel de calidad; la inspección y mantenimiento de túneles y puentes y la supresión de pasos a nivel y entre andenes. Asimismo, para preservar la seguridad frente a actos ilícitos se propone la implantación de sistemas activos de análisis de imágenes para la respuesta temprana ante incidencias de seguridad y análisis forense de las mismas, y el desarrollo de la detección y respuesta ante ciberincidentes.

El informe persigue, también, entre otros objetivos, un Plan Estratégico de Seguridad Ferroviaria; el refuerzo del mantenimiento de la red ferroviaria convencional; la introducción masiva de tecnología (tanto seguridad operacional como seguridad contra actos ilícitos) y la reorientación presupuestaria hacia el refuerzo del mantenimiento y la seguridad.

Afectadas por la climatología

Una de las novedades que refleja el informe es que, por primera vez, durante 2018 se ha realizado un ejercicio de identificación de aquellas secciones de la Red de Carreteras del Estado y de la Red Ferroviaria de Interés General potencialmente más expuestas por razón de su vulnerabilidad frente a la variabilidad y el cambio climático. El informe concluye que el 33% de la longitud de la red de carreteras se ve muy o comúnmente afectada por la meteorología y el 34% de la red de alta capacidad.

La afectación actual en el caso de la red ferroviaria es del 64% y del 80% en el caso de la red de Alta Velocidad, debido en este último caso a la incidencia de las lluvias intensas sobre los taludes y el balasto en vía.

Fuente: El País