No cesa la tormenta en el mercado petrolero, después de que ayer el West Texas Intermediate (WTI) marcara precios negativos por primera vez en la historia. El futuro del WTI de mayo, referencia del petróleo comercializado en Estados Unidos, llego ayer a 40,3 dólares por debajo de cero, nivel provocado por el exceso de oferta y la escasez de capacidad para almacenar dicho exceso.

Aunque en la madrugada de hoy los precios han amagado con estabilizarse, a medida que avanza el día la volatilidad va recuperando el dominio del mercado. A primera hora el WTI de mayo cotizaba en el entorno de los dos dólares, pero después ha regresado a tasas negativas. En todo caso, es el último día de negociación de este contrato, por lo que la presión se está trasladando a otros mercados y vencimientos.

Cotizaciones

El WTI de entrega en junio, que ayer estaba por encima de los 20 dólares, baja un 21% hasta los 16. El temor del mercado a que no haya capacidad para dar salida al petróleo no se limita, pues, a unas pocas semanas, ante el exceso de oferta y el hundimiento de la demanda por parte de las refinerías, con los tanques de almacenaje llenos.

El Brent, que a primera hora cotizaba estable en los 25 dólares, baja un 15% y está rondando los 21 dólares. Aunque el desequilibrio del mercado no es tan apremiante como en EE UU y la demanda china intenta recuperarse, los inversores temen que el mercado petrolero de Europa y Oriente Medio se contagie del empacho americano.

Con gran parte de la economía mundial en punto muerto, las refinerías estadounidenses están usando mucho menos crudo para procesar gasolina, mientras los oleoductos siguen bombeando. El resultado es que los tanques de almacenaje de las compañías no tienen espacio para almacenar. De ahí que el petróleo se regale, o se pague por poder entregarlo. La dinámica del mercado de derivados, con el cierre forzoso de posiciones largas (apuestas por subidas) ha agudizdo los movimientos.

Las reservas de crudo en Cushing, el centro de almacenamiento más importante de América y donde está pactada la entrega en los contratos de futuros del WTI, han subido un 48% desde febrero, hasta alcanzar los 55 millones de barriles desde finales de febrero, para una capacidad de 76 millones. La semana pasada los inventarios de petróleo en el conjunto del país subieron en 19 millones de barriles, la mayor subida de la hisotira.

Es probable que Cushing esté completamente lleno para la primera semana de mayo, según Goldman Sachs; aunque la Casa Blanca asegura que hay capacidad si utilizar, al menos una parte está ya contratada, es decir, no está a disposición de los operadores. De hecho, las empresas del sector están buscando desesperadamente alternativas de almacenaje, como barcos, vagones de tren e incluso los propios oleoductos. Algunos productores están comprando tanques de pequeño tamaño (500 barriles) para almacenar el crudo en las propias explotaciones petroleras, según Reuters.

Precisamente hoy es el último día de negociación del contrato para entrega en de mayo. El contrato sobre el WTI de entrega en junio, por el contrario, cotiza con precios positivos, unos 16 dólares el barril. Goldman prevé menos presión en este contrato, y un «violento reequilibrio» en la producción americana. Los productores están recortando el bombeo de crudo (la semana pasada se cerraron el 13% de los pozos del país), pero no lo han hecho lo suficientemente rápido como para evitar el llenar el almacenamiento.

Aunque los precios negativos responden a una situación puntual, no pocos analistas alertan que, con las instalaciones llenas, la demanda de refinerías no será suficiente para absorber el nuevo bombeo de las explotaciones estadounidenses, aunque éste se reduzca sustancialmente. No obstante, ello dependerá de la evolución de estos factores; de momento el petróleo para junio cotiza con comodidad en precios positivos.

La crítica situación del mercado petrolero, con una caída de la demanda sin precedentes provocada por el confinamiento de la población en medio mundo, se vio agravada por el pulso entre Arabia Saudí y Rusia. Ante la negativa rusa a pactar un recorte de la producción en marzo, Riad disparó la producción como medida de presión sobre Moscú. Los precios se desplomaron y el exceso de oferta contribuyó a llenar los tanques en todo el mundo. La propagación de la pandemia y los confinamientos aceleraron la tendencia, lo que provocó el colapso del mercado de Estados Unidos.

“A pesar de los recortes de producción y de un cierto optimismo sobre la reapertura [de actividades], la paralización actual de la economía indica que la demanda de petróleo es todavía mínima y permanecerá así durante un tiempo” indica Esty Dwek, de Natixis AM.

Fuente: El País