La agencia de calificación Standard & Poor’s ha destacado este miércoles que todavía hay algo de margen para elevar este año el salario mínimo. Su director de ratings soberanos, Marko Mrsnik, ha señalado que se parte de unos niveles bajos en comparación con el resto de Europa después de años de congelación salarial hasta 2019. Sin embargo, ha precisado que la subida que plantea el Gobierno de Sánchez para la legislatura podría ser demasiado. El nuevo Ejecutivo se ha comprometido a aumentarlo hasta el 60% del salario medio en la legislatura, lo que podría suponer un incremento hasta el entorno de los 1.200 ó 1.300 euros mensuales en 14 pagas, según cómo se calcule el sueldo medio. Implicaría un alza del SMI en cinco años bastante sustancial desde los 735,9 euros que había en 2018. “Tanto no”, ha dicho Mrsnik.

«Las subidas del salario mínimo son un tema complejo y que puede tener impacto positivo si son paulatinas y acordes con la situación económica. Si son muy significativas y rápidas podrían perjudicar a los empleados de baja cualificación y productividad, es decir, a los que en principio debería ayudar. Además, podrían erosionar las ganancias en competitividad conseguidas en los últimos años y generar más empleo sumergido», explica Mrsnik tras la rueda de prensa a EL PAÍS. Y añade que, de darse el incremento planteado en una legislatura, España se colocaría en los mismos niveles que Francia y muy por encima de Portugal.

El director de ratings soberanos de S&P ha declarado que llevar la legislación laboral española a la situación anterior a la reforma de 2012 podría perjudicar la calificación crediticia. Sin embargo, a continuación ha puntualizado que todavía hay que ver el detalle para analizar en qué consistirán los cambios que propugna el Ejecutivo de Sánchez. “Si la reforma avanza por la vía de aportar soluciones al alto paro, la elevada temporalidad y la precariedad, entonces podría devolver la confianza al consumidor y aumentar el potencial de crecimiento”, ha subrayado Mrsnik.

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Esta ambivalencia de S&P parece responder a las diferentes voces que se han escuchado en materia laboral en las últimas fechas. Los ministerios de Empleo y Economía han puesto el acento en puntos distintos. El primero pone el énfasis en derogar la reforma del PP. El segundo en crear un nuevo estatuto del trabajador que modernice las relaciones laborales y acabe con la temporalidad y las partes más lesivas de la reforma de Rajoy.

Mrsnik ha explicado que en los últimos años se han aprobado reformas laborales en España, Francia e Italia. En los dos primeros se ha llevado la negociación colectiva a la empresa, y eso ha contribuido a generar más empleo. En Francia el mercado laboral se está mostrando más dinámico desde la reforma, ha apuntado. En cambio, la que aplicó Matteo Renzi en Italia no trasladaba la negociación al ámbito de la empresa, y los italianos siguen con un mercado de trabajo anémico. Por estos motivos, el director de ratings soberanos de Standard & Poor’s ha asegurado que “sería un paso atrás si se devuelve la negociación colectiva a niveles superiores al de la empresa”. Suprimir la prioridad del convenio de empresa y endurecer los motivos para el descuelgue salarial figuran en los puntos del acuerdo entre PSOE y Podemos para formar gobierno.

En cuanto al déficit público, Mrsnik ha recalcado que España solo lo está bajando por el ciclo económico y que buena parte de este desfase presupuestario obedece al agujero de las pensiones. “El déficit estructural es todavía alto y no se reduce. Otros países como Francia o Italia están en una situación similar”, ha recordado. Entre los puntos débiles, S&P cree que la incertidumbre política podría acotar la capacidad del Gobierno para hacer reformas, bajar el déficit de las pensiones y reforzar el crecimiento a largo plazo. En cambio, a la agencia estadounidense no le preocupa que se retrase la aprobación de los Presupuestos.

Fuente: El País