Las tecnológicas de Estados Unidos presionan a la Casa Blanca para que les conceda un permiso especial para suministrar semiconductores y otros componentes a la china Huawei, para que así pueda fabricar sus teléfonos móviles y tabletas para consumo. La Administración que preside Donald Trump quiere, sin embargo, mantener el veto a las exportaciones de equipamiento para el despliegue de la tecnología 5G.

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Trump hace un doble juego que confunde. Por un lado trata de mantener la presión sobre Huawei pero por otro trata de relajar el puño con las tecnológicas de EE UU en un momento clase para el despliegue de la tecnología 5G. “Nadie puede competir con Silicon Valley”, afirmaba el presidente en un acto previo a la reunión, “no necesitamos nada de nadie”.

El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el principal asesor económico del presidente, Larry Kudlow, convocaron a representantes de Qualcomm, Intel, Broadcom y Micron para discutir los aspectos económicos de las restricciones que desde hace dos meses se aplican a los negocios con Huawei y tratar de dar claridad a la situación. También se invitó a Google y Microsoft.

Las compañías buscan que se dé un trato más liviano a los componentes para productos de consumo que a los semiconductores para equipos de telecomunicaciones. Aseguran que no suponen un peligro para la seguridad nacional. También se le pide que relajen las medidas que les impiden participar junto a Huawei en eventos en los que se discuten las reglas técnicas para el despliegue de las redes.

El encuentro tuvo lugar el mismo día en el que The Washington Post revelaba que Huawei participó en secreto con el régimen de Corea del Norte en proyectos para el despliegue y el mantenimiento de la red de telefonía 3G. Lo hizo en asociación con la empresa estatal Panda International Information Technology. Washington trata de determinar si se violaron los controles a las exportaciones de equipos.

El presidente Trum se militó a decir que necesita saber más sobre la información publicada en la prensa antes de empezar a agitar el árbol. La respuesta del Congreso, sin embargo, no se hizo esperar y señalan que las nuevas revelaciones refuerzan que Huawei es un “actor maligno” y por eso exigen a la Casa Blanca que sea dura. EE UU lleva años investigando a la compañía, que también fue acusada de violar el régimen de sanciones a Irán.

El Departamento de Comercio incluyó a Huawei en la lista negra de empresas en mayo. Consideró que la actividad de la tecnológica china es “contraria” a la seguridad nacional y a los intereses de política exterior de los EE UU. A las pocas semanas, sin embargo, se revisaron los términos y se relajó la prohibición durante 90 días. El plazo expira el 19 de agosto y lo que preocupa a las tecnológicas es que el veto sea total.

Fuente: El País