Ni hotel ni piso turístico. El alquiler de vivienda corporativo es un negocio al alza por el que están apostando las empresas y del que se están beneficiando cada vez más propietarios de viviendas en España, que se alejan tanto del arrendamiento tradicional como del vacacional. La apuesta por estos alquileres temporales permite a las compañías ahorrar costes al desplazar a sus trabajadores a otras ciudades o países, sobre todo cuando los proyectos y negocios se prolongan durante varios meses. «Estos alquileres son hasta un 40% más baratos en comparación con un hotel. En algunas ciudades las diferencias pueden superar 70 euros al día», dice Samuel Toribio, gerente de Homelike en España, plataforma de alquiler para viajeros de negocios. «Las empresas tenían grandes problemas para encontrar opciones ágiles y rentables y, al final, se buscaban la vida llamando a Idealista, Fotocasa, Milanuncios y AirBnB. O pagaban un hotel al trabajador para que después buscase el alojamiento», añade Ángel Mayoral, consejero delegado de la start-up Homyspace.

Las cosas están cambiando, tanto que en los últimos años han surgido plataformas que ponen en contacto a empresas que necesitan desplazar trabajadores por temporadas con los propietarios de viviendas en España. Y cada vez más, ya que es el cuarto mejor país del mundo para vivir y trabajar, escalando diez puestos, según la clasificación de HSBC.

Son casas, pero funcionan casi como un hotel. Se hace la reserva online, se firma el contrato de manera electrónica y se reciben las facturas por correo. Las viviendas que se reservan a través de Homelike son para estancias mínimas de 30 días y no hay un tiempo máximo, aunque el alquiler medio está entre tres y cuatro meses. La compañía, creada en 2015, aterrizó en Barcelona el pasado marzo y en mayo llegó a Madrid, donde se concentran un gran número de oficinas y sedes de empresas nacionales e internacionales. En ambas ciudades cuenta con 1.500 viviendas y pretende llegar a las 4.000 a finales de año. Más de 400 empresas usan esta plataforma para desplazar a sus empleados. También tiran de ella cuerpos diplomáticos y artistas. «Los sectores más activos son el aeronáutico, industrial, químico, farmacéutico, construcción y consultoría», apunta Toribio. Fuera de España, tiene 45.000 casas en más de 400 ciudades europeas, trabaja con 15.000 clientes y supera el millón de noches reservadas.

En Homyspace la estancia media es de 87 días y los precios están establecidos por meses (y no por días como en el alquiler de corta estancia). «Llevamos tres años ofreciendo alquiler temporal para empresas y estamos multiplicando por tres nuestra facturación», comenta Mayoral. Tiene en alquiler más de 10.000 pisos en España, Portugal, Francia, Italia y Reino Unido. «Trabajamos con Alcampo, Amazon o Vueling, aparte de cientos de pequeñas empresas locales que ofrecen servicios en otras ciudades», añade.

La duración de los contratos es uno de los ganchos para los propietarios. «Es una alternativa para muchos que, tras los cambios realizados por el Ayuntamiento de Madrid, ya no tienen la opción de alquilar por días al no tener licencia turística», comenta Toribio. Y para los que sí tienen el permiso «les permite completar calendarios anuales sin perder oportunidades de ingresos por tener el piso vacío y, de hecho, estos propietarios se ponen en contacto con nosotros en temporada baja», dice Mayoral. También es una salida para los que no quieren arrendar durante cinco años, como exige la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU). La forma de hacerlo es con un contrato de temporada, que contempla la LAU bajo la fórmula de arrendamiento para uso distinto del de vivienda. Son alquileres de uno a 11 meses y si la estancia supera esos plazos se hacen contratos sucesivos.

El alquiler corporativo tiene más ventajas para los caseros. No solo evitan la elevada rotación y el alto coste del mantenimiento del alquiler turístico, sino que el cliente paga bien y a tiempo. «Es un inquilino responsable, con doble garantía de pago, y el casero se ahorra muchísimo dinero en check-in y check-out y en tiempo de administración, ya que nosotros lo gestionamos todo», explican en Homyspace, que asegura tener un 0% de impagos. Es algo así como el «inquilino perfecto, ya que es una empresa la que firma el contrato y se responsabiliza del pago», añade. Con respecto a un alquiler tradicional (de cinco años), puede conseguir un 27% más de ingresos al mes, indica Mayoral. La rentabilidad anual neta para el propietario está entre el 12% y el 14%, calcula Toribio.

Para las empresas y profesionales, el precio que aparece en la plataforma es cerrado, es decir, incluye limpieza mensual, wifi y suministros. En Homelike dicen que el coste medio suele estar entre los 1.700 y 1.800 euros por un mes, aunque depende de la ciudad y el barrio. Una empresa puede alquilar una vivienda para alojar a dos empleados durante dos meses desde 1.200 euros al mes en Madrid; en Zaragoza desde 800 y en Mérida a partir de 500, recalcan en Homyspace. El pago por usar estas plataformas corresponde al propietario del piso, que debe abonar entre el 10% y el 12% del importe total que figura en el contrato. Ahora bien, no todas las casas tienen entrada en el negocio. Deben ser inmuebles completamente amueblados y con menaje del hogar. Son casas de calidades medias y altas, de menos de 10 años de antigüedad.

Los altos directivos de multinacionales que quieren un apartamento o casa con encanto tienen otra opción. La plataforma de alquiler vacacional The Plum Guide, que acaba de aterrizar en Madrid y Barcelona, también ofrece sus inmuebles de lujo a este perfil de empleados, que los buscan por periodos de uno a seis meses. Las empresas de producción también los usan para hospedar a productores, directores o actores durante rodajes de películas o series.

Muebles de quita y pon

Pero los servicios que ofrece el mercado para estos empleados que se instalan por trabajo en España no acaban aquí. El alquiler de muebles también es imprescindible para las empresas y trabajadores que alquilan pisos o unifamiliares vacíos. La firma Home Essentials amuebla desde hace 30 años la vida de gente que está de paso, sobre todo, de «empleados de multinacionales y embajadas que vienen por seis meses o un año o dos», narra James Birchenough, gerente de la compañía. Entre sus clientes están la petrolera ExxonMobil o la multinacional Técnicas Reunidas. El alquiler de este mobiliario y equipamiento —de gama alta, moderno y de estilo neutro—, permite distintas opciones. Desde arrendar una cama o un sofá un fin de semana, hasta amueblar a la carta o contratar paquetes que incluyen el mobiliario completo durante dos años o más. El cliente —el 80% internacional— decide.

«Lo que más está creciendo es el alquiler de paquetes de emergencia hasta que llega la mudanza del empleado, que puede tardar, por ejemplo, dos meses desde Latinoamérica», dice. Con esta fórmula, desde el primer día pueden entrar en los pisos. «Y es más barata que el alquiler de un apartamento para una familia de cuatro miembros durante un mes, que mínimo son 3.000 euros. En cambio, el alquiler de los muebles durante ese mes sale por 1.300 euros», calcula Birchenough. El coste de todo el mobiliario para un piso de dos dormitorios durante un año es de 170 euros al mes. De 4 a 11 meses, sale por 240 euros. Si es uno o dos meses la cuenta se eleva hasta 500.

Fuente: El País