El edificio del Ministerio de Fomento no superó la última inspección técnica de edificios llevada a cabo por el Ayuntamiento de Madrid. Eso fue en 2015, pero su tejado continúa cubierto de lonas y plásticos sujetos con sacos de gravilla que intentan evitar el paso del agua de la lluvia y demás intemperies al interior. Este ministerio paradójico, pues es el responsable de las obras públicas, fue asimismo el que construyó las autopistas de peaje inviables de cuya ruina se está haciendo cargo el Estado con la generosidad con la que en su día se rescató a la banca. Todo a expensas del contribuyente. ¿Pasa algo? No pasa nada. De la Serna habla siempre sin despeinarse y con el nudo de la corbata en el punto geográfico del cuello dictado por los cánones de la elegancia.

Luis María Linde, gobernador del Banco de España y apóstol de la moderación salarial, lleva varios años subiéndose el sueldo para no perder poder adquisitivo. Pero no es partidario de ligar la subida de las pensiones de jubilación al IPC. El otro día insinuó que se debería penalizar a los viejos españoles que poseen vivienda propia. Cuando le pusieron un micrófono para que se retractara, negó lo insinuado y animó a los ahorradores a invertir en productos financieros de los que tan buena experiencia tenemos. ¿Pasa algo? No pasa nada. Seguramente ya está firmando su siguiente aumento de sueldo con una mano mientras recomienda recortar los salarios con la otra.

La ministra Báñez, por su parte, sigue en su puesto pese a haber enviado una carta venenosa a los pensionistas. Tres botones de muestra, en fin, obtenidos de la actualidad, que nos llevan a preguntarnos si Rajoy lee los mismos periódicos que nosotros. Dicho en otras palabras: que si se entera.

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Fuente: El País