Sareb ha dado un giro en su estrategia que supondrá un cambio de piel de su modelo de negocio. El conocido como “banco malo” ha lanzado el proyecto Esparta a través del cual pretende crear subcarteras en las que clasificar sus activos; renegociar los contratos con sus servicers para recuperar servicios cedidos a ellos; retrasar ventas y asumir el stock de activos para generar valor añadido; crear centros territoriales; y dotarse de infraestructura tecnológica propia. Todo ello con la idea de profesionalizar la venta y potenciar el valor de los activos.

Así se detalla en el informe de gestión de sus cuentas anuales de 2018, recién publicado. En él, Sareb explica con detalle por primera vez su vuelco estratégico, del cual había ido adelantando algunas pinceladas.

Sareb explica que para poder acometer esta segmentación necesita modificar la estrategia en cuanto a los servicers con los que trabaja. De este modo, como ya avanzó CincoDías en enero, la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria está pendiente de renegociar los contratos que le unen a Haya, Altamira, Solvia y Servihabitat para recuperar algunas de las atribuciones cedidas a estos gestores de su cartera.

El contrato con Haya vence el 31 de diciembre de 2019 y Sareb dice que todas las opciones están encima de la mesa, incluida la renovación total o parcial o sacar a concurso de nuevo la gestión. Es necesario un preaviso de seis meses para terminar el contrato. Los acuerdos con Altamira, Solvia y Servihabitat concluyen en 2021.Estas tres gestoras no tienen la obligación de renegociar el acuerdo vigente, pero se espera que puedan pactar con Sareb para aumentar la duración de sus contratos. La intención es solventarlo a lo largo de este año.

Precisamente, este martes los bonos de Haya se desplomaron a su nivel más bajo desde que salieron a negociación, en 2017, hasta los 0,754 dólares (0,67 euros). Según Bloomberg, el contrato con Haya se renovaría automáticamente por un año adicional salvo que Sareb lo cancele seis meses antes de su finalización. Haya Real Estate cuenta con la mayor cartera en gestión del banco malo. Este servicer tiene interés en salir a Bolsa durante 2019 si existen las condiciones propicias en el mercado para hacerlo, por lo que le beneficiaría tener aclarado este contrato para detallarlo a los potenciales inversores.

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El vuelco en la estrategia de la compañía presidida por Jaime Echegoyen “puede llevar aparejada la ruptura del modelo actual de servicer global a nivel nacional cuya cartera en gestión resulta de la agregación que de las carteras de las cedentes se llevó a cabo en el proyecto Íbero, para avanzar en un modelo de proveedores o servicer por rama de actividad”, explica el documento.

Por ello, Sareb pondrá en marcha centros territoriales que agilicen la comercialización y el mantenimiento de los activos para invertir en aquellos que “presenten mayor grado de liquidez”. Con esta operación el banco malo quiere ganar independencia frente a terceros para que toda la información (inventario, datos activos, acciones operativas y comerciales) permanezca en su sistema y pueda proceder a la citada segmentación de los activos que prevé el proyecto Esparta.
Para acometer este cambio estratégico la sociedad se dotará de infraestructuras tecnológicas propias hacia las que migrarán los servicers.

Así, según las conclusiones del proyecto Esparta, los tres pilares de su futuro modelo de servicing serán: uno, la especialización de los gestores en determinadas actividades (como por ejemplo de mantenimiento) y desarrollo de determinadas actividades desde Sareb; dos, la centralización de la información de los activos en Sareb para flexibilizar su gestión por cualquier operador, y, tres, una gestión territorial de la cartera complementaria a la implantación en 2018 de cinco delegaciones. El objetivo declarado es “fortalecer la eficiencia y agilidad en la gestión de su cartera”.

“Afrontamos esta etapa con una nueva estrategia, muy centrada en proteger el valor de nuestros activos”, señala Echegoyen en declaraciones recogidas en el informe. “Vamos a impulsar la transformación de nuestros préstamos en inmuebles”, dice sobre otra de las patas de la nueva estrategia.

Sareb asume que deberá acometer “renuncias en el corto plazo en la cifra de negocio”, pero espera un impacto positivo a medio y largo plazo. En 2018, perdió 878 millones, un 55% más que en 2017, y prevé unas pérdidas similares este año. En este contexto, Sareb prevé “una contención” de la actividad en cuanto a volumen, cuya contrapartida será “una mayor exigencia en los márgenes obtenidos”, así como la inversión en activos con recorrido de valor.

El plan de negocio del banco malo abarca toda la vida de la compañía y con la nueva estrategia prevé retrasar las ventas, lo que supondrá “una acumulación del stock de activos en el balance de la sociedad hacia el final del periodo considerado en dicho plan”, según su informe.

Fuente: El País