Por primera vez durante el juicio por la salida a Bolsa de Bankia, que dura ya casi cuatro meses, uno de los procesados, el que fuera director financiero de la entidad, ha decidido no declarar. Ildefonso Sánchez Barcoj, mano derecha de Miguel Blesa y considerado el responsable de la gestión de las tarjetas black de Caja Madrid, ha asegurado este lunes que no sabe de qué se le acusa y se ha ofrecido a responder las preguntas de su abogado y del tribunal.

MÁS INFORMACIÓN

Ni el tribunal, presidido por Ángela Murillo, ni su letrado le han hecho ninguna pregunta, por lo que Sánchez Barcoj se ha levantado de la silla en la que declaran los encausados y lo harán los testigos y se ha vuelto a sentar en los bancos traseros. «Desconozco los hechos de que se le acusa y, por tanto, no voy a hacer ninguna pregunta», ha dicho su defensa.

El abogado de Sánchez Barcoj, que fue condenado a un año menos un día de prisión por las tarjetas black, presentó al inicio del juicio un escrito de recusación contra los jueces que forman el tribunal que juzga la salida a Bolsa de Bankia (Murillo, María Teresa Palacios y Juan Francisco Martel). Les acusaba de «falta de imparcialidad» por mantenerlo como imputado en el juicio. La Audiencia Nacional rechazó sus pretensiones. La Fiscalía no acusa a Sánchez Barcoj, pero sí lo hacen las acusaciones particulares y populares.

El juicio se ha retomado este lunes con el interrogatorio de la exconsejera de Bankia Araceli Mora, que el miércoles pasado respondió a las preguntas de la fiscal Anticorrupción Carmen Launa y hoy ha seguido con las de su abogado. Mora cargó la semana pasada contra el socio auditor de Deloitte, Francisco Celma, por -según su versión- dar a los consejeros una información en 2012 y contradecirse un año después cuando declaró en sede judicial. Celma, que también está encausado, declaró durante la instrucción que advirtió al comité de auditoría de que existían dudas razonables sobre la viabilidad de la entidad.

Mora, que era también vocal del comité de auditoría y cumplimiento de Bankia, ha asegurado que el informe en el que el Fondo Monetario Internacional (FMI) instaba a una gran entidad bancaria española a fortalecer su balance se hizo a petición del Gobierno, algo que ha calificado de «absolutamente excepcional» y «muy sorprendente, porque (el FMI) nunca lo hace». «Se ha sabido cinco años después que se lo pidió el propio Gobierno», ha añadido.

En la sesión de este lunes ha declarado también el exdirector de auditoría interna de Bankia, Miguel Ángel Soria Navarro, que ha explicado, a preguntas solamente de su abogado, que su tarea en la entidad se limitaba a «aportar valor a la organización mediante la revisión de procesos» y que no tuvo ninguna participación ni en la salida a Bolsa ni en la formulación de las cuentas de BFA de 2010 ni en la preparación de las cuentas de 2011 ni en la elaboración del folleto ni básicamente en nada. Según su relato, él y su equipo simplemente «estaban pendientes de que se entregaban las cosas» al auditor externo.

Tras una exposición muy detallada de cuáles eran y no eran sus atribuciones en Bankia, Soria Navarro ha afirmado que puso «todos los medios» para facilitar el trabajo al auditor que estaba examinando las cuentas de 2011, que finalmente se enviaron a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sin el correspondiente informe de auditoría externa. «Como auditor interno, puse todos los medios y creo que nada más pude hacer», ha añadido.    

Fuente: El País